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martes, 12 de noviembre de 2019

"Mujeres de Roma" - Isabel Barceló

Existen mil y una maneras de acercarse a la historia de Roma. Isabel Barceló invita al lector a hacerlo desde el punto de vista de un buen número de mujeres que, a lo largo de la historia de la insigne ciudad, han dejado huella en sus colinas, calles, palacios y templos. Y para ello, la escritora de buena pluma, ha escrito un libro lleno de crónicas sobre muchas de ellas, ahondando más allá, mucho más allá de su sello histórico y presentando al lector la humanidad, realidad y sensibilidad de todas ellas. Algunas de sus reseñas están plenamente documentadas y no resultan tan lejanas en el tiempo. Otras juegan en el filo del mito y la memoria, extrapolándose de las fuentes primarias que, gracias a antiguos cronistas, nos trasladan a esa época en la que la bruma de los siglos da margen a la narrativa  y la especulación. Lo que está claro es que sus protagonistas forman parte de la historia de la ciudad, desde sus orígenes hasta más allá de la mitad del siglo XIX.

La autora afronta en sus páginas un planteamiento geográfico por capítulos, encaminándonos a explorar en la ciudad, con el fin de situarnos y localizar los hechos que nos cuenta alrededor de sus protagonistas. Lugares como las antiguas puertas de Roma, como la Porta Capena, Porta Collina o la Porta Pía; calles tan importantes como Vía Lungara, Vía del Corso o Vía Latina; plazas como la del Poppolo, la de Venecia o Campo de Fiori; las colinas Esquilina, Capitolina o Palatina; el Trastévere o la Isla Tiberina; o los magníficos Foros Romanos, localizan las historias y el día a día de las vidas y anécdotas de sus protagonistas. Conforme nos invita a acercarnos a cada uno de esos lugares, Isabel va deshojando nombres de mujeres, sus circunstancias y vivencias, mediante las cuales ha completado pequeñas historias y, porqué no decirlo, Historia con mayúsculas. 

Pero no queda aquí el arduo y complejo trabajo de preparación y desarrollo de este conjunto de crónicas. Porque la presentación al lector es mucho más que un mero listado de mujeres que han dejado huella en las calles y barrios de Roma. La autora se esmera, por si fuera necesario hacerlo, en dar vida, dar voz, dar sentido a los actos y hechos protagonizados por ellas. Y lo hace mediante su brillante instrumentación de la palabra y su narrativa. Todas las personalidades presentadas en sus páginas gozan de vida y sentido, profundizando en su heroísmo y pasión, en sus envidias e intrigas, en su piedad y arrojo, haciéndose hueco en un mundo plenamente masculino. Desde simples esclavas, pasando por sirvientas y plebeyas, hasta patricias, aristócratas y princesas o reinas, mediante su presencia y personalidad, han dejado su profunda huella en la Ciudad Eterna y su Historia. Isabel Barceló les ha otorgado voz, sentimiento y luz, gracias a su notable prosa y a su sentida y casi poética narrativa, dotando de individual protagonismo a cada una de las más de cuarenta mujeres inolvidables señaladas en el libro. Sus actos valientes, sus sacrificios, sus amores, sus fidelidades, sus ambiciones y sus personalidades forman un rico y caleidoscópico muestrario de destellos en la Historia, haciéndolas inolvidables.

De deliciosa y evocadora lectura, además es de reseñar que este libro y su autora, dan la oportunidad de afrontar su lectura desde varios puntos de vista. Por un lado, la ortodoxa manera de leerlo siguiendo el orden de sus dieciocho capítulos. Pero además, existen dos índices, mediante los cuales el lector puede afrontar su lectura desde variados frentes. Por un lado, el de las protagonistas, mediante un índice alfabético, acompañado con las páginas en donde aparecen cada una de ellas. Por otro, el índice cronológico, mediante el que se puede realizar la lectura siguiendo la paginación marcada en un orden temporal perfectamente señalado. Dos razones más para leer un libro delicioso y maravillosamente evocador. Solo un detalle más. Si no se conoce Roma es necesario y recomendable manejar un plano o bien tontear con el google maps, para situarse con seguridad en los lugares citados en sus páginas. Quizás un plano de Roma a doble página solventaría este refuerzo para próximas ediciones.