Robert Wise es uno de esos directores que convierte en oro casi todo lo que toca. Por sus manos han pasado películas tan conocidas como "West Side Story", "El Yang-Tse en llamas". "Sonrisas y lágrimas", "The Hauting", "Marcado por el odio" o "Quiero vivir!" Todas ellas y algunas más, han logrado grandes éxitos de crítica y taquilla. Curiosamente los géneros con los que experimenta son variados y diversos. Entre ellos, un par de interesantes aportaciones a la ciencia ficción, "Ultimatum a la tierra" y la que hoy reseño "La amenaza de Andrómeda", en los que se diserta sobre el misterio de la vida más allá de nuestro mundo y las posibles variantes que se producirían ante un posible contacto extraterrestre con la humanidad.
Un satélite de los EEUU cae en un pueblo del territorio de Nuevo Méjico. Todos los habitantes de la población a excepción de un bebé y un anciano mueren de forma inexplicable. Un equipo de científicos y estudiosos acudirán a una base secreta subterránea donde, entre complicados protocolos, experimentos y análisis, deberán investigar qué ha producido las muertes, su origen y la manera de controlar sus posibles efectos en la población de la Tierra.
Una película que sorprendentemente no había tenido el gusto de disfrutar hasta ahora y que me ha parecido un fantástico modelo de ciencia ficción. En ella no solo se afronta el misterio de la posibilidad de la vida en el espacio exterior, sino que además, la situación de la trama en plena era nuclear, manifiesta la preocupación y la amenaza del riesgo de un uso indebido e innecesario de esta energía tan inestable y peligrosa. Además, los avances en guerra bacteriológica y los experimentos secretos de los EEUU se planean con preocupación a lo largo de toda la película. Por otro lado, técnicamente es una gozada disfrutar de todo su metraje. Me alucinó el complejo y metódico montaje del film, nominado al Oscar de aquel año. Desde el primer minuto de la película se nota el detallado y muy calculado trabajo realizado con la idea de mostrar al espectador las fases y los pasos dados por los investigadores en el afán por investigar el misterioso elemento desconocido. Pero además la perfecta dirección de Wise aporta un halo de suspense a lo largo y ancho de la película, hasta alcanzar su cénit en una escena llena de emoción y tensión. Por cierto, la dirección artística es otra obra de arte. El diseño de la base subterránea es impresionante, alcanzando una alta calidad, compensada por otra nominación al Oscar.
En definitiva, un excelente ejercicio del género de la ciencia ficción de la mano de un gran director, que como siempre, se ha rodeado de un excelente equipo de montaje, una de sus marcas característica, conjugada con elegancia, detalle y perfeccionismo.