Leyendo la introducción de este cómic recién llegado a las tiendas, me llama la atención que dos monstruos de este género, como Andy Diggle y Jock, creadores de la estupenda serie, Los Perdedores, se lanzarán a crearlo de manera independiente, fuera de los cauces de producción de las grandes editoriales.
Como bien explica, Diggle, esta historia nació, en principio para servir de guión para el cine. Sin embargo por diferentes causas, la historia no cuajó, pero encontró su propio camino en el medio que más dominaba, el cómic. Junto con el genial dibujante Jock y un poco de ayuda externa, llevaron a buen puerto una historia que nos traslada al género del thriller más actual y maquiavélico.
La trama gira alrededor de un chaval que un buen día, andando en bicicleta por un parque, encuentra un móvil abandonado. Cual será su sorpresa cuando al ver su contenido, encuentra las fotos de un asesinato. A partir de este punto, la historia no tendrá descanso, y las persecuciones, asesinatos y misterios alrededor del móvil, llevarán a nuestro protagonista hacia una espiral de violencia , que el mismo será incapaz de controlar.
El guión de Diggle está lleno de diálogos rapidísimos, que acompañan, como si de una simbiosis se tratase, al magnífico dibujo de Jock. Curiosamente, el dibujante mentalizó los trazos de esta historia en monocolor, y nos encontramos con un cómic trabajado en líneas de blanco y negro, realizando un estupendo dibujo, que se adapta a la perfección a esta historia en la que la tecnología, el imperio de los bancos, los grandes lobbys y los mercenarios, captan la atención del lector y no le deja escapar hasta su terminación.
