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martes, 26 de marzo de 2019

"Plata y sangre. La conquista del Imperio Inca y las guerras civiles del Perú" - Antonio Espino López

A finales de 2018, Desperta Ferro publicó en uno de sus números dedicados a Historia Moderna un especial sobre La conquista del Perú. Ya entonces, Antonio Espino López, firmaba alguno de los artículos incluidos en sus páginas y la editorial anunciaba la publicación de su ensayo para principios de 2019. Dicho y hecho, aquí presento mi reseña de este libro en el que el autor no solo narrar desde un punto de vista militar la conquista del Imperio Inca, sino que además se adentra en las complejas y sangrientas guerras civiles sucedidas, primero entre los seguidores de Pizarro y Almagro, y después provocadas por los levantamientos de los encomenderos, a raíz de la declaración por parte de Carlos I de las Leyes Nuevas de 1542.

A lo largo de seis capítulos, el autor desgrana la propia expansión inca antes de la llegada de los conquistadores, hasta la llegada del tercer virrey, Andrés Hurtado de Mendoza, auténtico pacificador del territorio, tras más de veinte años de conflictos continuos. Tres importantes periodos enmarcan este sangriento periplo. En primer lugar, la propia conquista por parte de Pizarro de un Imperio Inca fragmentado en una guerra entre los propios indígenas, factor que facilitó especialmente las victorias de los españoles. En segundo lugar, la amarga lucha interna entre los pizarristas y los seguidores de Almagro, socio de Francisco desde el inicio de la conquista, pero quejoso de los pocos parabienes que recibió él y su grupo, debido a la llegada al territorio más tarde que el primero y el mal resultado de su pretendida conquista de Chile. Podemos situar en este momento el comienzo de las guerras civiles entre los españoles. Y en tercer lugar, el levantamiento de los encomenderos, repartido en dos capítulos por el autor, en base al inicial liderazgo de los rebelados por parte de Gonzalo Pizarro y al posterior y aciago conflicto comandado por Girón, más corto y definitivo en el tiempo.

Antonio Espino da detallada cuenta de las batallas, sus participantes y circunstancias militares que se sucedieron aquellos años, puntualizando con especial relevancia, algunos factores importantes para entender, especialmente las guerras civiles, asunto que ocupa gran parte del libro. Su visión está planteada desde un punto de vista militar. remarcando la especial lacra que significó conflicto fratricida para aquella naciente sociedad colonial. Las batallas se desarrollaron a menor escala de sus hermanas mayores en Europa. La utilización de la caballería, las armas de fuego o los piqueros, se completaba con la inestimable ayuda de los aliados indígenas, con los que unos y otros contaban en sus filas. El papel del indio fue fundamental a la hora de organizar la logística en la batalla. Según el autor, los éxitos y fracasos de los contendientes se debieron al adiestramiento de las tropas, la disciplina de las mismas y el armamento utilizado. Con todo, una de las características de estas guerras en la que insiste el Espino, es la extrema crueldad cometida, la falta de fidelidad, la traición cotidiana y la terrible espiral de violencia cometida entre los contendientes. 

Un ensayo que remarca la responsabilidad de unos y otros en la generación de violencia a lo largo de los años, ya sea por el cainismo propio de los conquistadores, por la defensa de las encomiendas, o simplemente por la cortedad de miras de la Corona en su búsqueda de organizar y reglar la situación en Perú, ofreciendo soluciones inadecuadas o eligiendo sus representantes entre personas inexpertas. La codicia y la frustración, degeneró en sangre y muerte, alimentando una serie de guerras que devoraron el territorio. Nos encontramos con un ensayo interesante, aunque de alguna manera peca de cierto aire de crónica, quizás por su herencia del uso de fuentes primarias para su redacción. la cantidad de datos, nombres y, especialmente, la información del número de contendientes, armamento y rutas recorridas de unos y otros ejércitos, terminan por apabullar un tanto al lector. Con todo interesante propuesta que vale la pena tener en cuenta para acercarse a la semidesconocida crónica de los veinte años que ocuparon las guerras civiles en aquel territorios y la compleja realidad de aquellos conquistadores en su batallar por alcanzar riqueza y conquista.