A finales de 1942, miembros de la Comisión de Historia de la Gran Guerra Patriótica, fundada por Isaak Mints, catedrático de la Universidad Estatal de Moscú, se adentraron en las ruinas de Stalingrado para realizar una serie de entrevistas a las tropas que allí combatían. Aunque tuvieron que retirarse a los pocos días, regresaron en febrero del 43, pocos días después de la derrota alemana, para completar más de doscientas entrevistas y relatos de testigos presenciales de primera línea de aquella gran y significativa batalla, épica para unos y definitiva para otros. Incluso se tomaron diarios personales y se acometieron algunos interrogatorios a prisioneros alemanes, que lucharon en el frente de Stalingrado, aportando sus declaraciones al extenso archivo con el que desde Moscú se pretendía estampar en el ideario comunista del régimen su victoria.
El catedrático de Historia de la Universidad de Rutgers, Jochen Hellbeck, es uno de los grandes especialistas en la exploración y análisis de las experiencias y vivencias de las tropas y mandos soviéticos y alemanes en Stalingrado. En este ensayo nos muestra la visión soviética de la batalla que desequilibró la guerra en el sector oriental. Se ha rebuscado y recopilado todo tipo de diarios y entrevistas, aportando al público y de manera especial, un extracto bien seleccionado e hilvanado del trabajo realizado sobre el terreno por los miembros de la Comisión. Los archivos se han mantenido encerrados bajo llave durante muchos años hasta que el autor los ha recopilado con la intención preclara de mostrar un relato construido, desde la visión de los mismos hombres que, tras sufrir importantes derrotas hasta llegar a la ciudad del Volga, acogieron con patriotismo y determinación la orden preclara de Stalin de no retroceder frente a las tropas de Hitler.
Se realizaron entrevistas a generales, incluidos Chuikov y Rodímtsev, oficiales del Estado Mayor, jefes de sección, soldados rasos, comisarios políticos, marineros del Volga, enfermeras, civiles e incluso a héroes como el francotirador Zaitsev, ofreciendo al lector una amplia gama de visiones, opiniones y experiencias. Hellbeck ha realizado el ingente trabajo de recopilar y ordenar temporalmente los datos y hechos contados por los entrevistados para ofrecer una trama histórica coherente temporalmente y aplicada a diferentes zonas de la batalla, desde los primeros días en los que la ciudad se aprestaba a la defensa, incluida la evacuación de parte de la población civil, hasta los días posteriores a la rendición del general Paulus y la caída del último reducto alemán en la bolsa norte de la ciudad.
Sus relatos muestran la labor propagandística de los comisarios políticos en el mismo frente, las normas disciplinarias con las que se buscaba no retroceder frente al enemigo, así como la gran cantidad de actos heroicos protagonizados por hombres y mujeres, soldados y oficiales, en los focos de resistencia soviética. De la misma manera, a pesar del cierto desconcierto táctico y estratégico entre los mandos soviéticos a finales de verano y principios de otoño de 1942, la gran presión de las divisiones Panzer, la escasez de suministros y la inferioridad aérea inicial, las gran armada de Stalin reequilibró la situación en Stalingrado gracias a un espíritu combativo sobresaliente, la preponderante presencia ideológica del partido, la gran capacidad de recursos humanos y la ingente artillería tras el Volga, entre otras cosas. Todos y cada uno de estos factores los podemos analizar y asimilar en este exhaustivo y detallado trabajo, en el que Hellbeck ha realizado un excelente trabajo de recopilación, enhebrando con buen ojo, todos y cada uno de los relatos y entrevistas realizados, hasta presentar al lector el complejo escenario de aquella batalla.
El catedrático de Historia de la Universidad de Rutgers, Jochen Hellbeck, es uno de los grandes especialistas en la exploración y análisis de las experiencias y vivencias de las tropas y mandos soviéticos y alemanes en Stalingrado. En este ensayo nos muestra la visión soviética de la batalla que desequilibró la guerra en el sector oriental. Se ha rebuscado y recopilado todo tipo de diarios y entrevistas, aportando al público y de manera especial, un extracto bien seleccionado e hilvanado del trabajo realizado sobre el terreno por los miembros de la Comisión. Los archivos se han mantenido encerrados bajo llave durante muchos años hasta que el autor los ha recopilado con la intención preclara de mostrar un relato construido, desde la visión de los mismos hombres que, tras sufrir importantes derrotas hasta llegar a la ciudad del Volga, acogieron con patriotismo y determinación la orden preclara de Stalin de no retroceder frente a las tropas de Hitler.
Se realizaron entrevistas a generales, incluidos Chuikov y Rodímtsev, oficiales del Estado Mayor, jefes de sección, soldados rasos, comisarios políticos, marineros del Volga, enfermeras, civiles e incluso a héroes como el francotirador Zaitsev, ofreciendo al lector una amplia gama de visiones, opiniones y experiencias. Hellbeck ha realizado el ingente trabajo de recopilar y ordenar temporalmente los datos y hechos contados por los entrevistados para ofrecer una trama histórica coherente temporalmente y aplicada a diferentes zonas de la batalla, desde los primeros días en los que la ciudad se aprestaba a la defensa, incluida la evacuación de parte de la población civil, hasta los días posteriores a la rendición del general Paulus y la caída del último reducto alemán en la bolsa norte de la ciudad.
Sus relatos muestran la labor propagandística de los comisarios políticos en el mismo frente, las normas disciplinarias con las que se buscaba no retroceder frente al enemigo, así como la gran cantidad de actos heroicos protagonizados por hombres y mujeres, soldados y oficiales, en los focos de resistencia soviética. De la misma manera, a pesar del cierto desconcierto táctico y estratégico entre los mandos soviéticos a finales de verano y principios de otoño de 1942, la gran presión de las divisiones Panzer, la escasez de suministros y la inferioridad aérea inicial, las gran armada de Stalin reequilibró la situación en Stalingrado gracias a un espíritu combativo sobresaliente, la preponderante presencia ideológica del partido, la gran capacidad de recursos humanos y la ingente artillería tras el Volga, entre otras cosas. Todos y cada uno de estos factores los podemos analizar y asimilar en este exhaustivo y detallado trabajo, en el que Hellbeck ha realizado un excelente trabajo de recopilación, enhebrando con buen ojo, todos y cada uno de los relatos y entrevistas realizados, hasta presentar al lector el complejo escenario de aquella batalla.