Se hablaba hace tiempo, desde el buen resultado de la película The Batman dirigida en 2022 por Matt Reeves y debido a la estupenda interpretación realizada por Colin Farrell en el papel de El Pingüino, con la posibilidad de realizar una serie protagonizada por este último, localizándola justo después del final de la trama de la película. Solo quedaba ver hacia dónde tiraría la trama de la serie, en cuanto a si su escenario se plantearía en el universo de Gotham al estilo de la película, y sobre todo si plantearía sobre ella la larga sombra del super héroe. Reconozco que hasta que no he escuchado algunas buenas críticas sobre la producción estrenada en la plataforma HBO Max, no me he atrevido a echarle y un ojo y, la verdad, es que el resultado, sin extasiarme, tampoco me ha dejado descontento.
Hay dos razones para justificar las buenas sensaciones que he tenido al ver los ocho episodios de la serie. Por un lado, la interpretación de Colin Farrell, totalmente identificado en un papel al que parece se ha aferrado con gusto y calidad. El hecho de protagonizar la serie, no le ha venido grande a un actor que a base de sus miradas y la cojera trasladada a su personaje consigue embaucar con sus diálogos y personalidad a quien lo escucha. Por otro, el hecho de que no aparezca Batman y de que la trama se mueva en el género del cine negro en el que la mafia y los bajos fondos protagonizan los hechos transcurridos, es un gran acierto. Es en este escenario, transcurrido tras los desastres acontecidos en la Gotham de Batman, donde la figura de El Pingüino se mueve a la perfección, en esa posición oscura, de personaje secundario, que si bien muchas veces pasa desapercibido, siempre encuentra su impronta y posición, allá donde esté, como personaje superviviente y imprescindible que es.
Para ello los creadores de la serie recuperan a dos de las famosas familias mafiosas italianas que todo aficionado al universo de Batman y Gotham conocen de sobra. Me refiero a los Falcone y los Maroni. Además, la aparición de Sofía Falcone, un personaje clásico y reconocible, junto a su familia, en algunas de las series más reconocibles de los cómics de Batman, como El Largo Halloween y Victoria Oscura, de los grandes Jeph Loeb y Tim Sale, aporta de la mano de la actriz Cristin Milioti quizás, lo mejor de la serie, en una interpretación que nadie esperaba, ofreciendo un fantástico tándem junto a Farrell. Esa guerra por el poder de los bajos fondos de la ciudad entre ambas familias, aporta el perfecto toque y el mejor escenario para que El Pingüino intente medrar en un momento de crisis en al ciudad tras lo sucedido en la peli de Reeves. A partir de ese momento y con la ayuda de un chaval del barrio, Oswald Oz Cobb, nombre real del personaje, se aprovechará de la vuelta tras la salida de la cárcel de Sofía, para intentar socavar el poder de las familias y hacerse un hueco en el trono de la ciudad y sus subterráneos.
Todo ello, lo aprovechan los creadores de la serie, para aportar también una visión del pasado del protagonista y la relación con su madre. Este apartado creo que lastra un poco el ritmo de la serie, en su pretensión de mostrar el porqué de la personalidad tan retorcida y deseosa de poder del protagonista, caiga quien caiga. Aunque en general, los directores de la serie siempre aciertan aportando un realce o una sorpresa en cada final de capítulo, no engaño a nadie que esta narración de la infancia de Oz, aún aportando cosas interesantes, entorpece un tanto el núcleo narrativo tan bien acertado de la guerra con los mafiosos y la lucha de poder en la que participa, en un astuto y, a veces, atolondrado juego de manipulaciones, traiciones y mentiras del protagonista. En definitiva, una serie que ha funcionado bien en general y ante las pocas expectativas que tenía de ella, me ha dejado un buen sabor de boca, gracias en parte, la magnífica Cristin Milioti, el verdadero descubrimiento de la serie.
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