Soy un asiduo admirador de algunas de las películas del director y actor Peter Berg. De un marcado sentimiento patriótico y abarcando tramas tan complejas como la situación en Oriente Próximo (La sombra del miedo), la presencia de los EUU en Afganistán (Único superviviente), los pozos petrolíferos (Marea negra) y sus peligros o el atentado en el maratón de Boston (Días de Patriotas), este director estadounidense, suele componer películas de buena factura y con cierta profundización en sus personajes, meros peones de las circunstancias en las que se les coloca dramáticamente. Pues bien, recientemente acaba de estrenar en Netflix, una mini serie localizada en el territorio de Utah a mediados del siglo XIX y, en esta ocasión, se ha superado creando un western duro y violento, localizado en unos años de especial violencia y participación de miembros de la religión de los Mormones.
Pues bien, en un estilo técnicamente muy trabajado, muy cercano a la labor que tan meritoriamente realizó González Iñarritu en la película El renacido, Berg acomete el viaje que realiza un mujer con su hijo por tierras de Utah para encontrar al marido que no ve desde hace años. Al llegar a un fuerte donde tramperos, nativos y aventureros viven en plena frontera, una serie de circunstancias hacen que viajen con una caravana, que se verá involucrada en medio de la profunda tensión que viven en aquel año de 1857 los mormones, en su búsqueda y asentamiento lejos del control federal de Washington y del presidente Buchanan. El líder mormón Brigham Young, auto proclamado presidente de aquel territorio tiene bajo su mando a la llamada Legión Nauvoo, una milicia que choca permanentemente con los intereses federales, contra quienes también se asentaron hace tiempo en aquellas tierras, y sobre todo, con su propietarios originales, la tribu de los shoshones. Estas tribulaciones hacen que aquella mujer y su hijo se encuentren en mitad de una guerra sin cuartel, en un territorio de violencia y muerte. Ante su desesperación, un hombre solitario, con un pasado lleno de adversidades, les intentará ayudar a llegar a su destino.
Pues bien, con todos estos elementos, algunos de ellos históricos en cuanto a los mormones se refiere, concurren en una mini serie absolutamente adictiva, no solo por una trama, que no deja descansar al espectador y a unos actores y actrices que funcionan muy bien en la pantalla, sino también por su guion, en el que participa el que también fuera uno de los guionistas de El renacido. A esto se une un gran acierto en la ambientación y los apartados técnicos que muestran maravillosamente bien los escenarios crudos y violentos que se ofrece en la producción. La fuerza que transmite su trama y los escenarios confluyen en una historia que reúne algunas vicisitudes que acontecieron en el nacimiento de los EEUU y del estado de Utah, en un terrible enfrentamiento previo a la Guerra Civil de los años sesenta del siglo XIX, y también a la sanguinaria lucha que entablaron los nativos americanos en la defensa de sus territorios y zonas de caza, ante la llegada del hombre blanco.
En cada uno de los episodios se palma el peligro, se huele la sangre, se escuchan los sonidos de guerra, se sufre el calor y el frío helador, pero sobre todo se asume la violencia intrínseca que sobrevolaba la vida y obra de quienes se lanzaban al oeste americano, enfrentándose a la meteorología extrema, la dura geografía de aquellos territorios, a bandidos y peligrosos hombres que no escatimaban el uso de la fuerza y de su capacidad de matar para hacerse con unas pocas monedas o un pedazo de tierra. La ley no existía en aquellas tierras salvajes, mientras los nativos americanos, en este caso, shoshones, paiutes o utes entre otros, buscaban sobrevivir de forma pacífica unos, aliándose con los violentos blancos otros, o defendiendo sus tierras y cultura aquellos que se ponían en sus caras las pinturas de guerra. Todo esto y mucho más, lo podemos disfrutar o sufrir, como ustedes quieran, en esta gran producción de Peter Berg, acertada en todos sus apartados, gracias también a la aportación, en sus interpretaciones, de Betty Gilpin y Taylor Kitsch en los papeles principales, y como secundarios unos sobresalientes Shea Whigham, Dane DeHaan, Derek Hinkey, Jay Courtney, Joe Tippett, Lucas Neff y Kim Coates, increíble en el papel del líder mormón, Brigham Young.
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