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lunes, 14 de octubre de 2024

"Lecciones" - Ian McEwan

Muchos de los que me seguís en las redes y en mi blog sabéis que tengo una especial debilidad por el escritor inglés, Ian McEwan. Es más, todos los años intento leer alguna de sus novelas, modernas o más antiguas, y no perder contacto con su profunda y, en ocasiones, perturbadora narrativa, eso sí, siempre brillante y poderosa. Pues bien, el año pasado, en 2023, el autor publicó su última novela, que no he podido leer hasta bien avanzado este año 2024. Adelanto que me ha entusiasmado. Posiblemente sea su novela más ambiciosa desde Expiación

Pero además, hay que aclarar, antes de sumergirme en la trama y análisis de la misma, que en sus casi seiscientas páginas reúne un compendio preclaro y primordial de algunos de los temas habitualmente tratados a lo largo de los años en algunas de sus novelas, como es el caso de Los perros negrosLa ley del menor o Chesil beach. La crisis de los cincuenta, las disfuncionalidad del partido laborista inglés y sus consecuencias en el país, el complejo problema del amor o el desamor con menores, el momento histórico de la caída del muro de Berlín, las rupturas matrimoniales o los problemas y desencuentros generacionales, entre otros asuntos, se entremezclan en una novela redonda y absolutamente adictiva.

El libro comienza con un hombre llamado Roland Baines con un bebé en brazos, explicando a un policía que su mujer se ha ido de casa de un día para otro. Es el año 1986, y se ha producido una explosión en una central nuclear llamada Chernóvil. Aquí comienzan las andanzas del protagonista en un viaje de ida y vuelta, desde los inicios de la Segunda Guerra Mundial hasta el año 2022, tras la pandemia de la Covid. A partir de aquel abandono, de la esposa de Roland, de la casa conyugal  y a partir de los recuerdos de unas lejanas clases de piano recibidas cuando el protagonista tenía apenas once años, Ian McEwan nos lleva de vieja por la vida personal de Roland y toda su familia consanguínea y política, mientras vislumbramos como decorado momentos puntuales de últimos ochenta años de la historia de Inglaterra.  Con un caminar pausado pero firme, con una narrativa sólida y profundamente humana, pero llena de complejos e indecisiones vitales, el autor presenta los profundos vaivenes en la vida de Roland y los arrecifes femeninos que se encuentra en su camino, desde que conociera a su joven profesora de piano cuando él era aún un tierno pero sexualmente fogoso infante de catorce años. Cargando sobre sus espaldas aquella premisa, su largo devenir por las décadas de su vida se enfrenta a multitud de mentiras y engaños, momentos llenos de luz y esperanza, y a un complejo árbol genealógico, en donde el pasado de sus padres y suegros lo transportan a un conjunto de experiencias que se presentan ante el lector como un juego de investigaciones y pesquisas.

McEwan construye un complejo pero entretenidísimo laberinto alrededor de la vida de Roland, mostrando algunos eventos históricos acontecidos en su Inglaterra natal, y permitiéndose el lujo de opinar profundamente y llanamente sobre ellos y sobre la actualidad política nacional e internacional, en boca de sus personajes. La capacidad del autor en sumergirse en las inseguridades del protagonista, en lo que respecta a sus parejas del género opuesto, se nos traslada gracias a sus experiencias mantenidas con cada una de ellas y las consecuencias mentales y sentimentales de estas relaciones, todas herederas de aquellas poderosas e iniciáticas clases de piano. Todo ello, mostrado con la intención de construir un múltiple universo en el que las líneas familiares pivotan alrededor de su vida, en un vaivén vital que lo maneja y golpea a lo largo de las décadas. La experiencia ofrecida por McEwan es tan poderosa que es capaz de fusionar el micro universo de Roland con los eventos históricos que se suceden a lo largo de su vida, convirtiendo sus experiencias en una odisea personal llena de pérdidas y desengaños, y también de buenos y personales momentos. Esas inseguridades y circunstancias son las que a lo largo de los años se han repetido en las novelas de McEwan, demostrando al lector, su gran capacidad para reunir en una sola novela toda la plenitud de su narrativa, volcada en mostrar todas estas señas de identidad propias de un gran novelista, sin duda, uno de los mejores de su generación.   


 

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