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lunes, 30 de enero de 2023

"La ley del menor" - Ian McEwan

 
El año pasado, como suele ser habitual todos los años desde hace ya muchos, leí otra novela de Ian McEwan, uno de mis escritores de cabecera. En este caso se trata de La ley del menor, publicada en 2015. Las buenas costumbres no deben abandonarse nunca. En sus páginas se narran las experiencias de una jueza británica titular del Tribunal superior de Justicia de Familia. En ocasiones, los casos que debe dictaminar le plantean serios y complejos problemas éticos, frente a los cuales ella debe interpretar la ley en un afán por hacer justicia, conforme a la legislación vigente y en aras de dictar una sentencia acorde a lo que se espera de ella. Un día llega a su sala el caso de un joven testigo de Jehová aquejado de una leucemia. Sus médicos recomiendan un tratamiento que necesita de una transfusión de sangre, a lo que se niegan sus padres y él mismo, por motivos religiosos y en su afán por no traicionar sus profundas creencias. El joven tiene diecisiete años y solo le faltan tres meses para ser mayor de edad. En ese mismo momento, el matrimonio de la protagonista pasa por una profunda crisis, lo que la lleva a implicarse en el caso en un momento de cierta debilidad debido a su situación personal. Su argumentada decisión  judicial la colocará en una incómoda situación, por la que su profesionalidad y sus sentimientos sufrirán cierto dilema vital y ético.

Soy un gran aficionado a la literatura de Ian McEwan y de su estilo, narrativa y temáticas varias que aborda. Los dilemas éticos, las decisiones vitales y el enfoque directo y profundo que engloba al ser humano y sus relaciones sentimentales, son asuntos que entran dentro de las tramas de este novelista de prestigio. La vida de Fiona Maye, la protagonista, está dedicada de pleno a su trabajo, hasta el punto de que la relación con su esposo, ya sea afectiva, sexual o simplemente matrimonial, hace aguas tras muchos años de convivencia. Ella ni siquiera se ha dado cuenta del problema y el planteamiento de su marido la descoloca, pero también le hace afrontar el nuevo caso que acaba de llegar al tribunal desde otra perspectiva, más cercana. Su crisis matrimonial la humaniza y la hace implicarse más personalmente en la situación del joven testigo de Jehová. En definitiva, la protagonista, en su papel de mujer madura tocada sentimentalmente por la situación de su matrimonio y por el ángel del joven sobre el que debe decidir su tratamiento, valora el caso desde otras perspectiva. Pero esta nueva visión de su caso la enfrentará a otro dilema personal, que la toma totalmente desprevenida y por sorpresa.

Por otro lado, tenemos el personaje del joven con leucemia. Es muy interesante vislumbrar el poder de la religión y de los padres en la visión de la vida y del destino, en su lucha entre sobrevivir traicionando sus creencias o dejar en manos de dios la viabilidad vital del muchacho. Sus padres sufren y lloran por él, pero tampoco quieren perder a su hijo. Quizás ellos lo tengan claro, pero la mente del chaval entra en un estado de ofuscación terrible, lo que le lleva a aferrarse a una nueva esperanza en una figura que supla a dios y a sus padres. Este es uno de los dilemas que nos presenta el autor, junto a la trama de la crisis de su matrimonio, que sirve de escenario en la vida de la jueza.

McEwan traza con gran desenvoltura ambas tramas, entrecruzando la vida personal y profesional de Fiona, asaltada por una serie de escenas, no muchas, protagonizadas por el caso del joven enfermo de leucemia. En esta ocasión la construcción de esta profesional del derecho, jueza de reconocido prestigio, golpeada por esa crisis matrimonial contra la que no estaba preparada, es de esos trabajos que demuestran la destreza portentosa de McEwan en la construcción de personajes, llevados a cierto límite existencial, sin llegar a la exageración, como si pueda tratarse de cualquiera de nosotros. Además hay que llamar la atención en la profunda preparación del tema que ha llevado al autor a formular un tema tan peliagudo y conflictivo a nivel legal y jurídico, más allá del plano humano y religioso. En definitiva, el lector se imbuye de tal manera en la vida de la protagonista y en el caso en particular que, por lo menos en mi caso, se encuentra atrapado en las mismas tesituras y dilemas que la protagonista. Un factor a tener en cuenta al considerar la novela de Ian McEwan es su acercamiento a los profundos dilemas del ser humano y la falta total de certeza en cuanto a la búsqueda de salidas y soluciones a los mismos. Otro gran acierto del escritor británico. 

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