"Vincent debe morir"

Ganadora de los premios a Mejor Dirección Novel y a Mejor Actor en el Festival de Sitges de 2023, esta película francesa realiza un interesante acercamiento a la incidencia de la violencia, muchas veces gratuita, que esta invadiendo nuestra sociedad de hoy en día, teóricamente, la más avanzada y desarrollada de nuestra existencia.

La trama gira alrededor de un joven diseñador informático. Un buen día, en la oficina, un compañero se le abalanza y le golpea con saña y furia en la cabeza con un portátil. Días después sufre el ataque de otro empleado de la empresa donde trabaja. En su desgracia inexplicable, ya que al rato de sufrir estos hechos, los atacantes olvidan rápidamente lo sucedido, el joven comienza a verse agredido en la calle y en su comunidad de vecinos. El simple cruce de miradas, eso sí, sucediéndose de manera aleatoria, y subrayo aleatoria, provoca a su alrededor la aparición de violencia contra su persona. Ante esta adversidad en la que el miedo y la desconfianza fluyen por su cuerpo sin control, el protagonista decide huir de la ciudad y esconderse en una vieja casona del campo. A partir de este momento y tras un par de encuentros que le dan luz sobre lo que le sucede, tendrá que moverse con sigilo y solitario, mientras intenta reconducir su vida.

Stéphan Castang, director de este film, afronta con pulso firme y acierto, algunos de los graves e inevitables problemas que afloran en nuestra sociedad moderna. En una metáfora cinematográfica emboscada en un acercamiento a un estilo parecido y cercano al género de los zombies o al de las películas en las que se centran en la existencia extrañas presencias que atentan contra el protagonista, el film realiza un sugerente y dramático estudio psicológico sobre la soledad, la violencia y el amor en nuestra sociedad. Y lo hace aunando una buena dosis de violencia, aparentemente gratuita, con la aportación de una historia de amor como única tabla de salvación para su protagonista. Ese amor se presenta en un estado de complejidad e incluso de continuo peligro y como tal, representa todo un reto a la hora de sobrevivir a una situación que, poco a poco, va afectando al entorno del joven huido. Más allá de la aparición de una serie de escenas muy impactantes y momentos de inexplicable violencia que están estratégicamente bien situadas en momentos decisivos de la peli por el director, la trama se presenta como una historia de esperanza ante la adversidad vivir en un mundo donde la violencia sin sentido y la soledad campan de repente, en nuestra sociedad. 

Vincent debe morir es una película que va más allá de la propuesta del componente fantástico o de terror que la propia sociedad pueda esgrimir contra el individuo que en ella vive. En el fondo al espectador un halo de reversión, de esperanza, muchas veces sacrificada, en la que se debe apostar para seguir conviviendo y amando, a pesar de todo lo que se está desarrollando a su alrededor, en un mundo de malos rollos, violencia, tensión y ese mirar a otro lado, que parece que podría ser una rápida y egoísta solución. Interesante planteamiento de una peli magníficamente interpretada por su protagonista Karim Leklou, y que recomiendo ver en vuestros televisores.