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jueves, 17 de octubre de 2024

"El exorcismo de Eastfield"

Ganadora del premio a la Mejor Película en la Sección Panorama del Festival de Sitges de 2023, esta producción australiana llega a mi vida en el típico repaso de estrenos en las plataformas de televisión, en una noche en la que no tengo ni idea de que ver en la tele y termino delante de un cartel tan impactante como aterrador. Seguramente hubiera pasado de verla si no fuera por el reconocimiento que recibió en el mejor festival de cine fantástico del mundo. Así que, sin pensarlo ni un minuto, nos pusimos delante de la pantalla y le dimos al play.
La peli se desarrolla en un pequeño pueblo australiano. Una joven pareja desarrolla su vida alrededor de una comunidad religiosa de esas en las que la exageración y el misticismo creado alrededor de la figura de Cristo llama la atención del espectador. Cánticos, bailes y aparentes éxtasis colman sus reuniones. Mientras el joven marido vive con pasión y profunda creencia aquella relación con su comunidad, la joven esposa sufre una serie de experiencias que la llevan a acudir a su médico, quien le diagnostica una enfermedad mental debida a un trauma sucedido hace algún tiempo, por lo que debe tomar una medicación especial. Sin embargo, el entorno religioso de la familia empuja al marido a eliminar la toma de la medicación, con lo que aquellas reacciones extrañas y visiones aterradoras que aparentemente sufría se repiten y siguen desequilibrando la vida de la pareja.
Pues bien, el director de esta cinta, Nick Kozackis, aborda la trama desde el punto de vista del marido y de aquella comunidad religiosa, profundamente creyente, empeñada en que un exorcista de la zona, un desasosegante personaje que se mueve fuera del entorno del catolicismo y, por tanto, un freelander del exorcismo, ayude de aquella manera, a liberar a la mujer de sus problemas, para ellos debidos a la presencia del demonio. Lo que en principio parecía una típica peli de exorcismos, conforme avanza el metraje va abordando, con cierto acierto, los excesos y hechos que se producen alrededor de la joven, con la excusa de creer que los actos del exorcista están bendecidos por Dios y por tener la capacidad de decidir en su nombre, qué es bueno y qué es malo, hasta profundizar en la consecuencias de sus actividades en pro de salvaguardar una fe basada en el delirio y la creencia desmesurada. El director pone el punto de mira en el perfil del exorcista, que es capaz de cruzar las líneas rojas por liderar a aquellos que llevados por una presunta fe, se ciegan ante la vehemencia y las peligrosas ambiciones de quien se cree actuar en nombre de dios.
La película juega bastante con las pretendidas visiones de la joven, con la intención de llevar al espectador por donde quiere, y lo hace en un juego dramático que funciona, para lograr acercar al espectador a la verdad de unos hechos, basados en un caso acontecido hace años en un pequeño pueblo de Australia. Con sus debilidades y hándicaps, que las tiene, la peli funciona bastante bien al conseguir mostrar que la crueldad puede provenir del propio ser humano en su delirio por creerse mensajero e instrumento de Dios, ante la pasividad y la complicidad de quienes ciegos en su creencia y su propia estupidez participan de los hechos. La peli consigue su fin dramático, en un ejercicio que llega a estremecer al espectador, no por solo por su forma, que también, sino más bien por su terrorífico fondo.


 

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