Un joven doctor residente de obstetricia atiende horas interminables y guardias insufribles en las urgencias de un hospital público británico. Paralelamente, su relación con su novio pende de un hilo, por causa de los horarios imposibles y las largas horas de estancia en las salas de un centro sanitario que se cae a pedazos y en el que se logra cubrir los servicios mínimos a base mucho sacrificio y tiempo robado a la vida privada de sus empleados.
Esta es la trama de esta serie con toques de drama y comedia protagonizada por el actor Ben Whishaw, acertadísimo en su interpretación. Se muestran en esta miniserie los dimes y diretes del día a día de trabajo en unas duras condiciones, bajo la supervisión de veteranos médicos que pasan un poco de todo y dejan solos ante el peligro al personal de guardia. A ello se suma los variados y a veces curiosos y complejos casos de las pacientes que acuden a urgencias con sus problemáticas, rarezas y manías. Como consecuencias de las pocas horas de sueño, la vida profesional y personal del protagonista hace aguas por todas partes, mientras el transcurrir de su vida sigue un ritmo que le hace perder de vista lo que sucede a su alrededor.
Esta serie incluye momentos de luces y momentos de sombras, incluso momentos muy dramáticos. Ese difícil equilibrio se subsana con la interpretación de su protagonista y la colaboración de unos estupendos secundarios. Por otro lado, el hecho de su descarnada crítica a la sanidad pública británica, da un giro en un momento de la serie mostrando la otra cara más amable de esta institución. Me refiero a la profesionalidad de muchos de sus empleados quienes, con humanidad y buen trato intentan sacar su trabajo adelante. Subyace en todo esto una fuerte crítica a la sanidad privada, sobre valorada a vista de esta serie. Todo ello se presenta ante el espectador con un alto grado de humanidad y cercanía, mal que muestre momentos especialmente trágicos y duros, salpimentados con pequeños pero trabajados triunfos de su protagonista y otros compañeros de urgencias. Para terminar, es interesante como se muestra la vida privada que sobrevuela casi de puntillas, el duro trabajo diario y la complicada cotidianeidad laboral del obstetra. En conjunto, estamos ante una interesante serie que conjuga gran cantidad de ironía e humanidad, y termina desarmando al espectador de turno. Merece mucho la pena.
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