Como aficionado al baloncesto y nacido en 1971, no sorprenderá a nadie que sea hijo de la generación de los años 80, por puntualizar más, de la segunda mitad de estos años, y por tanto aficionado a la NBA. Años en los que el gran Ramón Trecét nos inició a todos en el espectáculo del baloncesto profesional de los EEUU. Pues bien, recientemente, HBO ha estrenado una serie que nos lleva de lleno a 1979, considerado el año del nacimiento del llamado showtime en los Ángeles Lakers, algo que se contagió rápidamente a toda la NBA.
Se dieron varias coincidencias para ello, siendo las más importantes, la compra del equipo por Jerry Buss, el fichaje de Erving Magic Johnson y el abandono del banquillo de L.A. de Jerry West. Hay que añadir a esto que, ese mismo año, pasó al profesionalismo Larry Bird, al que será el equipo de toda su vida, los Boston Celtics. No es moco de pavo que Johnson y Bird ya fueran contrincantes en la final universitaria de aquel año y que escribieran sobre piedra una de las luchas más míticas por ganar los campeonatos de la NBA en aquellos maravillosos 80´s, liderando una genial generación de jugadores y una nueva manera de ver el baloncesto profesional.
Pues bien, dicho y hecho, esta primera temporada empieza con la compra de los Lakers por parte de Jerry Buss, un empresario inmobiliario algo extravagante, muy loco, especialmente mujeriego y enamorado del baloncesto. A lo largo de sus capítulos veremos como resulta el fichaje de Erving Johnson, un jugador ya famoso por su participación en la liga universitaria y su juego polivalente y manejo de balón. La serie nos describe el cambio de vida del joven jugador, sus escarceos amatorios y algunos datos de su vida privada. Quizás esta parte de la serie sea la que menos me ha interesado. Sin embargo, los entresijos de su fichaje y los movimientos en la entidad californiana, sean o no reales, sí que juegan un importante rol en esta producción. Vemos el choque de personalidades entre Johnson y Kareem Abdul Jabbar, estrella consagrada de la NBA, el cambio de entrenador del equipo con la dimisión de un amargado Jerry West y la entrada de un innovador Paul Westhead, y la aparición, todavía entre bambalinas, de Pat Ridley. Todo lo que conlleva los apaños, las disputas y los enredos dentro del equipo y directiva, resulta muy interesante.
Para terminar tengo que hablar del elenco de actorazos que trabajan en la serie, realizando una portentosa interpretación en sus papeles. Entre los conocidos actores encontramos a unos excelentes John C. Reilly, Jason Clarke, Adrien Brody, Jason Segel o Tracy Letts. Todos perfectos en sus papeles. Pero hay que subrayar el trabajo de Quincy Isaiah como Magic y Solomon Hughes como Jabbar, especialmente acertados en sus caracterizaciones, en las casi se les puede confundir con los jugadores reales. Incluso el actor que interpreta a Larry Bird está de escándalo. Vamos, que nos encontramos ante un trabajo de casting sobresaliente. Cierto es que, si no te gusta o atrae ese mundillo del baloncesto, quizás te falte el interés necesario para adentrarte en la serie, pero te aseguro que con estos actores la serie funciona y muestra la locura de la NBA en aquellos años y su paso al show business que la elevó al firmamento de las estrellas y su internacionalización.
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