Este ensayo que hoy reseño, escrito por Daniel Tubau y publicado por Ménades Editorial tiene un título de esos que pueden presumir de integrar con pleno acierto la idea, el mensaje, el contexto, que el autor quiere trasladar en sus páginas al lector. "Maldita Helena" está dedicado a la figura de Helena, aquella mujer que ha sido acusada durante siglos de ser la causa de la gran guerra de Troya, descrita y contada por Homero en la Ilíada, historia mítica desarrollada y, porqué no decirlo, reescrita de la mano de no pocos poetas, dramaturgos y filósofos. Es por ello y por la cantidad de ocasiones en que nuestra protagonista es nombrada en no pocos escritos, poemas y leyendas, que el autor se ha volcado por reunir un gran número de relatos, situaciones y obras literarias, en las que Helena, como protagonista, agranda y ahonda su mito.
El mito de Helena no solo se circunscribe a Troya o a Esparta, por cierto una Esparta que nada tiene que ver a la referida a la Grecia Clásica, sino a una época arcaica, tal como nos explica el autor, en un afán por situar de algún modo, la intra historia que podría rodear la existencia, si fue tal, de la protagonista. Los poetas y dramaturgos nos sitúan a Helena en un buen número de lugares, en un afán por localizarla en una serie de hechos y mitos. Lugares de Grecia como Atenas, o Egipto, Sidón o Creta son solo algunos de ellos. Porque más allá del afán de otorgarle el sambenito de adúltera, causante de guerras y desgracias o de traicionar a su patria, Helena también es símbolo de belleza o pasión y cierto "empoderamiento" femenino. Todo ello ocupa un lugar preeminente en el uso de su figura como personaje o símbolo que, a lo largo de los siglos, ha sido instrumentado por unos y otros en su afán por localizarla, definirla, condenarla e incluso, justificarla.
Llama la atención los intentos de algunos autores por salvaguardar a Helena de su maldición. Gorgias e Isócrates, entre otros, han realizado elogios y defensas del personaje, en base a su falta de voluntad, la implicación del logos, las malas influencias o la violencia, todas ellas empleadas con el fin de dirigir su destino. Pero estos son los menos frente a una pléyade de autores, como el propio Homero, Hesíodo, Eurípides, Sófocles, Esquilo o Aristófanes. Todos ellos han promovido la maldición de Helena en base a su condición de mujer y su relación directa con la pasión humana, el placer, el dolor o el sentimiento del amor, lo que hace de ella, de su personaje, un ejemplo de impresión cambiante, de sujeto objeto de manipulación e instrumentación, en el afán del creador de turno por utilizarla como arma o elemento definidor de sus personajes y creaciones artísticas.
Maldita Helena es un viaje al mito de Helena, a su presencia en la poesía y teatro, a su sentido como personaje definidor de una época, de la que el autor intenta sacar cierta ligazón con la historia oscura y arcaica de una Grecia mítica y lejana, elevada a los templos de la leyenda de la mano de los Clásicos. Dioses y diosas, héroes y mujeres legendarias, reyes y príncipes, todos tienen su espacio en este adictivo ensayo que, con cierta valentía y en base a un esmerado estudio de las fuentes originales, fabrica un fresco, un escenario, en el intenta que el personaje de Helena de Esparta y Troya encuentre su lugar, una renovada visión y un reconocimiento desde nuestra visión contemporánea.
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