Después del derroche brutal de acción, sangre y violencia del que disfrutamos en la entrega del tomo 7 del cómic Clase Letal, estaba meridianamente claro que el ritmo de la serie tendría que rebajar pulsaciones y así ha sido. En éste tomo 8, los supervivientes de la gran batalla acontecida en el anterior número regresan a Kings Dominion. Marcus y María se presentan ante Lin, el director del centro, quien les recibe con los brazos abiertos. Si bien ahora el respeto que les tienen el alumnado es notable, Shabman y los suyos no quieren perder el control y autoridad en el centro. Además, Marcus no se encuentra a gusto con esa situación y se siente vigilado por antiguos compañeros del curso anterior. Mientras, el clan de Saya celebra su caída sin saber que la venganza se sirve fría y que, quizás, su sombra alargada regrese para recuperar su sitio.
Nos encontramos con un nuevo tomo en el que Remender intenta reconquistar espacio y tiempo en esta sangrienta historia, posiblemente para retomar más adelante, otra cruenta guerra de bandas, lucha por el liderazgo y duelos de traiciones, venganzas y falsas fidelidades. Es por esto quizás que sus páginas no tengan el mismo nervio que alguno de los tomos anteriores, a lo que además se añade que dos de sus capítulos son en modo flashback. En definitiva, estamos ante un número más pausado, con un buen número de diálogos y cierto aire de reconciliación entre algunos personajes, o más bien, de cierta resituación en la trama. A mí personalmente no me ha gustado especialmente, ni fú ni fa. Pero entiendo que estos números son necesarios para resituar una trama, ya por si muy loca y en ocasiones, algo repetitiva. Con todo, parece que en próximos capítulos la oleada de violencia y sangre a mansalva está asegurada. Respecto al dibujo de Craig, en esta ocasión no hay mucho que llame especialmente la atención, en comparación con lo ofrecido hasta ahora. Estaremos atentos a próximos números, a ver si se reactiva la serie a la que ya hemos llegado a la grapa nº 39.
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