Robert M. Citino es un viejo conocido de los aficionados a la 2ª Guerra Mundial y más específicamente de los lectores habituales de Ediciones Salamina. Varios de sus ensayos han sido publicados estos últimos años de la mano de esta editorial especializada en el género histórico militar, como por ejemplo, "La Werhmatch se retira" y "De la Blitzkrieg a Tormenta del Desierto". Su campo de estudio se mueve con mucha comodidad en la historia militar alemana y especialmente su influencia en la doctrina operativa moderna. Citino realiza un paseo militar por la historia y se retrotrae hasta la Guerra de los Treinta años, para localizar el origen, desarrollo y evolución del modo de hacer la guerra alemán a lo largo de casi tres siglos.
A lo largo de más de cuatrocientas páginas el autor indaga capítulo a capítulo, en el origen del ejército alemán y sus desarrollo operacional, desde sus raíces en Branderburgo y Prusia. En cada capítulo se estudia un periodo puntual en el que su participación en diferentes conflictos bélicos ha sido analizada con lupa en un afán por enlazar estrategias, mentalidades y objetivos en sus distintas épocas y entornos geográficos. De esta manera ha puesto el objetivo en la Guerra de los Treinta años, el reinado de Federico II y la Guerra de los Siete años, las Guerras Napoleónicas, la Prusia de Moltke y la Guerra Franco-Prusiana, así como en la Primera y Segunda Guerra Mundial. Mediante el análisis de las circunstancias de cada uno de estos conflictos y la manera de reaccionar militarmente de quienes lideraban los ejércitos germanos, Citino logra enlazar cada uno de ellos con una series de patrones coincidentes hasta lograr construir un hilo conductor estratégico y operacional común.
Llega a una serie de conclusiones mediante el estudio detallado de una serie de batallas y personajes eminentes en la historia militar alemana. No es casual encontrar una serie nada desdeñable de acciones y reacciones similares, que si bien se han desarrollado en el tiempo, evolucionando conforme los avances tecnológicos, la estructura militar o la filosofía militar se amoldaban a la ciencia militar, terminan por coincidir en un conjunto de patrones recurrentes. La agresividad, la velocidad y la determinación, son los pilares determinantes que buscan a lo largo de la historia. el objetivo inmediato alemán de conseguir una victoria rápida, la aniquilación del enemigo. Esto condicionaba una serie de factores, como la profesionalización del ejército para logar la suficiente disciplina como para realizar complejos movimientos. Lo que nos lleva a la maximizada utilización de la búsqueda de los flancos y de la retaguardia del enemigo a nivel operacional, también llamada guerra de movimientos. Por supuesto, con este objetivo y al mando de semejantes ejércitos, Citino valora la inusual independencia de los comandantes a nivel operacional, factor que otorgaba flexibilidad, rapidez e innovación en el campo de batalla. Para ello, la relación entre los mandos debía ser fluida y conexa, factor que en algunas ocasiones flaqueó inevitablemente, llevándoles a la derrota, como sucedió en 1806, 1914 y 1941.
La tecnología, las reformas en el ejército, las maniobras operacionales y el equilibrio entre el pensamiento militar y el hombre de acción, han posibilitado a los largo de los siglos que estos factores antes reseñados confluyan en diversas ocasiones a favor del modo de hacer la guerra alemán, otorgando gloria y victorias. Sin embargo cuando alguna de las piezas del engranaje de someramente engrasado fallaba, la estructura firme y robusta alemana caía como un castillo de naipes sin remedio. Todo ello para concluir que en la actualidad la tecnología y la interacción de las armas, incluido el alto rendimiento de comunicación en campaña, ha terminado por defenestrar el sentido romántico e histórico de la Aufstragsktik o la famosa independencia de los mandos.