Por fin el final del viaje. Y no queda más que la visita a la inmortal Venecia. Capital de la región, respira historia por los cuatro costados. Sus palacios, iglesias y canales te trasladan al renacimiento y al barroco, cuando esta gran ciudad dominaba los mares y las finanzas de Europa. Solo le sobra el turismo de masas. Si alguna vez visitas la ciudad, déjate perder por las incontables callejuelas que abundan en Venecia. Todo sea por huir del mundanal ruido.
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