Una película que trata sobre el rescate de seis diplomáticos que se han escapado de la Embajada americana de Irán, en el año 1979, durante la crisis de los rehenes, refugiándose en el domicilio del embajador de Canadá, tiene muchas posibilidades de ser un éxito de taquilla, pero si además la dirige Ben Afleck, es un seguro de calidad. Si bien como actor, el ganador de un oscar por el guión de la película "El indomable Will Hunting", ha realizado un carrera más bien mediocre, su bagaje como director es más que notable. Sus dos películas realizadas hasta ahora, "Adios, Pequeña adios" y "The Town", son dos ejemplos de calidad y buena dirección, creándose un estilo y carácter propio con el uso sobrio y calculado de la cámara. En su tercera película, el director dió en la diana, haciéndose con los Oscars a Mejor película, mejor guión adaptado y mejor montaje. Sin ser, desde mi punto de vista, su mejor trabajo, "Argo" es una buena película, rodada con buen pulso e inteligencia.
Si bien, el espectador puede entrar al cine conociendo el final de la historia de los huídos de la embajada, ya que relata hechos reales, la cinta consigue, a base de ritmo y de una utilización calculada de largas secuencias, que el espectador no tenga tiempo ni de pestañear. Precisamente el tempo de la película es lo que hace que se cree el ambiente de tensión deseado por el director. Hay muchas secuencias en las que la imagen domina a la palabra. Porque el director
confía en un porcentaje muy importante en la imagen, en las miradas, en
las situaciones casi extremas de los personajes de sus películas,
dejando al espector que vaya poco a poco descubriendo por donde fluye la historia. El guión consigue transmitirnos las debilidades y fortalezas de los diferentes personajes sin abusar de extensos diálogos.
Destacar el trabajo de grandísimos actores secundarios, sobre todo John Goodman, Alan Arkin y Bryan Cranston. Respecto a Ben Afleck, decir que está correcto y eso que es el único actor que no logra parecerse fisicamente al personaje que interpreta. Al final de los créditos aparecen una serie de fotografías comparando a cada actor con su personaje real y el trabajo de selección de actores es extraordinario. Exceptuando el papel de protagonista, que no se acerca ni de cerca. Pero eso son las licencias del cine y la verdad es que viendo el resultado final de la película, no deja de ser un dato sin importancia. Si es merecedora o no, del Oscar a la mejor película ya es otro cantar, pero sin duda, tras haberla visto por segunda vez, si puedo decir que nos encontramos con una película más que correcta, bien dirigida y con un gran plantel de actores. Muy recomendable para los aficionados del cine de calidad.