Miguel Izu es de esos escritores que no deja de construir y fabular últimamente historias de ficción localizadas en la historia de Navarra y Pamplona. Si bien en sus inicios su obra estaba volcada en gran medida en el mundo del derecho y la administración, en los últimos años el autor navarro se ha convertido en uno de los habituales en la producción de novelas de corte histórico localizadas entre el siglo XIX y la Guerra Civil española, y siempre con la peculiaridad de enfrentar al lector con una investigación acompañada de suspense con la que centra la trama principal de la novela.
La historia está protagonizada por Pedro Arróniz, protagonista de otra novela del autor titulada El crimen del sistema métrico decimal. De ideología liberal progresista y con ciertas dotes de buen investigador, durante una visita a Pamplona en primavera del año 1856, debido a su intención de no aceptar la propuesta de una oferta de trabajo como Comisario de Vigilancia en Navarra, se ve involucrado en la investigación de la aparición de un hombre asesinado en la frontera con Francia, en la muga de Alduides, foco de discrepancias entre ambos países y pendiente de localizar permanentemente una línea divisoria que no siga creando, como hasta ahora, divergencias y disputas comunales. El lugar es una zona montañosa de Navarra rodeada por profundos valles y escarpadas montañas en la que los contrabandistas y las partidas carlistas son asiduos habituales. Ante semejante tesitura, Arróniz acepta el puesto interino de comisario y acude al lugar junto al juez de turno y un médico militar llamado Nicasio Landa, con el que hará muy buenas migas.
Lo recóndito del lugar, los oscuros intereses de algunos de sus pobladores, la corrupción tan cercana al universo del contrabando y los litigios entre Francia y España por una frontera estable, conforman un perfecto cóctel para la construcción de una novela de suspense al más estilo clásico. A ese devenir detectivesco al que nos enfrenta Miguel Izu, se suma su contrastado y profundo conocimiento de la convulsa historia española y navarra a mediados del siglo XIX, en la que liberales y tradicionalistas, moderados y progresistas, isabelinos y carlistas, tienen dividido al país enfrentándolo en una larga y sangrienta guerra civil. A esto sumamos la figura de la pareja de Arróniz, un mujer avanzada y progresista para su tiempo, que forma parte indeleble en la vida del protagonista. Si bien es cierto que al principio de la novela, el autor peca un poco de incluir demasiada información en su afán por localizar históricamente la trama, por otro lado, una característica marca de la casa, pronto el suceso del asesinato y lo que se cierne a su alrededor atrapa al lector. Como bien dice Izu, su intención no es construir una novela histórica de misterio al uso, sino más bien mostrar una trama criminal en un contexto histórico del gusto e interés del autor, justificando sobradamente su estilo y buen hacer como escritor, algo por otro lado, indudable.
En la frontera recuerda un tanto a esas novelas clásicas de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle, en la que un elocuente detective acompañado siempre de ese compañero de viaje de confianza, investiga un sesudo crimen sin resolver. En este caso, el plus que propone el bueno de Miguel es localizar las tramas en el entorno de una España convulsa y llena de jugosos hechos de la historia del país, complementada por pequeñas historias locales, especialmente interesantes. La verdad es que me lo he pasado muy bien leyendo las aventuras de Arróniz y Landa que, por lo que parece, podrían tener continuación en el lanzamiento de nuevos casos protagonizados por estos más que golosos personajes, salidos de la mente de Miguel Izu. Ojalá sea así.

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