Desperta Ferro Ediciones lo ha hecho de nuevo. Recientemente ha publicado el libro que hoy reseño, dedicado a la guerra naval acaecida durante la Primera Guerra Mundial. Y digo esto por dos razones de peso. La primera es por la poca cantidad de libros que se pueden encontrar en nuestro país en los que se englobe, en toda su extensión temporal y geográfica, todo lo que respecta a la situación, enfrentamientos, causas y consecuencias referidas al ámbito naval de la conocida como Gran Guerra. Y, por otro, y en este caso más estimable aún, es que el escritor que ha realizado semejante esfuerzo sea un historiador español. Pero es que además, me atrevería a decir que estamos ante un gran libro en cuanto a su calidad narrativa, detalle histórico propuesto, criterio analítico realizado y a su completo contenido, capaz de ahondar con criterio en cada uno de los lugares y situaciones, en las que tuvo lugar cualquier tipo de operación o enfrentamiento naval entre los contendientes de aquella contienda global.
Robert Muñoz Bolaños es un historiador reconocido por su trabajos relativos a la historia contemporánea de España y, especialmente, en el entorno de la Guerra Civil Española hasta los años posteriores a la Transición española. Al encontrarme este libro al que hoy me refiero, me sorprendió que estuviera dedicado, no solo a la guerra naval, sino también al convulso periodo internacional generado durante la Primera Guerra Mundial. La curiosidad me llevó a lanzarme a su lectura y rápidamente quedé atrapado por los cimientos y la narrativa mediante la que se han construido cada uno de sus capítulos, encaminados a la comprensión, conocimiento y entendimiento de los factores que rodearon aquel internacional y novedoso enfrentamiento naval y sus consecuencias, quizás más importantes de lo que en general, piensa el común de los mortales. Para ello, el autor no escatima en analizar las causas primigenias detonantes de la Gran Guerra, analizando y diseccionando la carrera de armamentos, la evolución del imperialismo y nacionalismo imperante, los desequilibrios económicos e industriales entre los contendientes, las alianzas y relaciones dinásticas establecidas y, como no, la estupidez e incompetencia de varios de sus protagonistas, además del feroz mecanismo de destrucción generado como consecuencia de todo ello.
Bajo esta premisa, necesaria e imprescindible, Roberto Muñoz Bolaños aborda en su obra todo el conjunto de las acciones navales de cierta relevancia, que las hay y no pocas, dentro del contexto bélico de la contienda, sin olvidar afrontar en detalle los factores económicos, políticos y relativos a las relaciones internacionales provocadas durante la guerra, utilizando como nudo de conexión aquellos teatros de operaciones navales sobre los que bascula todo el libro. El autor parte de la premisa de que la guerra naval entre 1914 y 1918 se articula sobre cuatro dinámicas principales. La primera se basa en la relación entre la construcción de flotas compuestas de los novedosos acorazados conocidos como dreadnought y la consideración como potencia mundial de cada uno de los contendientes. La segunda, los cambios acontecidos en el sistema de relaciones y alianzas internacionales sucedidos antes de la guerra. Tercero, el fracaso en los planes iniciales propuestos por los componentes de los dos bandos, referidos a la duración y la importancia del esfuerzo naval propuesta, a excepción del caso británico. Y la cuarta, la total radicalización del conflicto, pasando de presentarse como una guerra entre profesionales, a pasar a ser un conflicto de ámbito totalmente popular.
Tomando como partida estos cuatro puntos, el historiador estructura el libro en base a los años del conflicto, un gran capítulo por año, precedidos por tres capítulos en los que se analizan, por un lado, los años previos a la guerra y los cambios de tendencia en cuanto a la industria y estrategia naval, por otro, las características de las flotas participantes y su situación geoestratégica previa a 1914, y en tercer lugar, la descripción de las acciones navales alemanas localizadas en ultramar al principio del conflicto, especialmente en aguas de los océanos Índico y Pacífico. A partir de aquí cada capítulo, como he dicho antes, analiza detalladamente cada año de la guerra en su componente naval, desde 1914 hasta 1918, compartimentados en sus correspondientes escenarios marítimos alrededor de la vieja Europa: El mar del Norte y el Atlántico, el mar Mediterráneo, el mar Adriático, el mar Báltico, el mar Negro y, excepcionalmente, el Danubio y el mar Blanco. Por supuesto, la obra se cierra con un capítulo de conclusiones, especialmente goloso, y una serie de anexos necesarios para conocer los aspectos técnicos de los diversos tipos de barcos, artillería y equivalencias de mando y jerarquía de los beligerantes.
En conjunto la obra es realmente interesante por su conjunto global y por sus detalles particulares aportados, presentando al lector una visión conjunta y detallada del conflicto naval, sus causas y consecuencias, afrontando desde, los pocos pero convulsos enfrentamientos entre grandes flotas, pasando por el conflictivo y determinante uso de los efectivos submarinos, hasta interesándose por decenas de operaciones de menor entidad pero no menos importantes, que sucedieron al norte, sur, este y oeste del continente europeo. Con su excelente trabajo, Muñoz Bolaño demuestra la entidad e importancia de la pugna naval, que bien pudo determinar, en cierta manera, el resultado del conflicto y marcar su prolongación en el tiempo. En definitiva, estamos ante un planteamiento novedoso y valiente, posicionado sobre un gran trabajo de investigación y análisis, que resulta, por otro lado, francamente entretenido en su propuesta y presentación.
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