En la misma línea de Michael Scott o Mary Beard, historiadores de reconocido renombre que han balanceado su capacidad de divulgar la historia entre los libros y los documentales de televisión, Bettany Hughes publicó su último ensayo, tan goloso como llamativamente atractivo, dedicado a las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Su contribución a la cultura le ha hecho merecedora de premios y condecoraciones en el Reino Unido, gracias a su capacidad de difundir la Historia Antigua plasmada en sus libros vendidos como best sellers, como su anterior ensayo titulado Estambul: La ciudad de los tres nombres, como en las increíbles audiencias que han visionado sus documentales producidos por la BBC o Netflix.
Pues bien, siguiendo ese brillante camino, la historiadora ha querido acercar a sus seguidores en este libro, una descripción detallada, tanto humanística como arquitectónica, arqueológica e histórica del porqué, el cómo y el cuándo de las construcciones y creaciones que fueron consideradas en la Antigüedad como las Siete Maravillas del Mundo, en un afán por acercar al lector, semejantes portentos y paisajes históricos, como una realidad de lo aparentemente imposible. En sus páginas se describen por orden cronológico de construcción, la Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa de Éfeso, la Estatua de Zeus de Olimpia, el Mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de la isla de Faros de Alejandría. De todos ellos quedan algunos vestigios, en su localizaciones originales o en museos repartidos por el mundo, unos más reconocibles que otros. Por ejemplo, de los Jardines Colgantes, la autora llega a incidir en que no sería extraño que estos fueron una visión convergente de los jardines que existieron en las murallas y los palacios de Nínive y Babilonia. Sin embargo, de todos ellos, solo sigue en pie, casi imperecedera al paso del tiempo, la Gran Pirámide de Giza.
En su páginas, Bettany Hughes combina su detallado conocimiento de la arqueología y la historia, con su capacidad divulgadora y didáctica, que es capaz de transmitir al lector en general, aunque en este caso no tan lego como cabría esperar, los vericuetos en la creación y huella histórica de aquellos impresionantes monumentos, tanto por su tamaño como por su potente significado. En su recorrido por todos y cada uno de ellos, aúna belleza, religión, liderazgo muerte, destrucción y mucha fascinación, todos ellos atributos de una humanidad pasmada ante la creatividad y el poder de sus creadores, capaces de impresionarnos ahora en la actualidad ante sus escasas ruinas, sin conocer la magnitud total de tanto esplendor. La autora acapara en cada uno de sus capítulos los textos y las descripciones atesoradas a lo largo de los siglos en referencia a estas maravillas, mostrando las increíbles riquezas, las sorprendentes capacidades constructivas de aquellas civilizaciones tan antiguas y, especialmente, el imaginario y la tenaz mentalidad de quienes diseñaron todas ellas.
En su origen, en todas ellas encontramos el deseo de perdurar en el tiempo, un profundo sentimiento religioso, la pretensión de poder terrenal, la larga sombra del mito ideológico o la pretensión de causar asombro. Todas, pretensiones confirmadas a lo largo de los siglos y transmitidas por la humanidad hasta nuestros días, en las campañas arqueológicas que siguen desentrañando la intra historia de la construcción, desarrollo y destrucción de todas ellas. La noche de los tiempos no ha oscurecido nuestro conocimiento, gracias en gran parte al trabajo realizado por arqueólogos, historiadores y divulgadores, como es el caso de Bettany Hughes, en su afán por darnos a conocer todo lo que implica al mundo antiguo, su trasfondo y las huellas dejadas en la humanidad y, como tal, a nuestra sociedad deudora y heredera de tantas maravillas.
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