Ha fallecido una de las últimas grandes damas del cine y del teatro británico. Faltaban solo unos meses para que cumpliera noventa años. Una mujer que durante los últimos años, ha dejado una honda huella en las nuevas generaciones de cinéfilos y aficionados a las series, gracias a producciones como la saga Harry Potter o la serie Downton Abbey. Pero además, detrás de esta fantástica actriz hay una gran carrera cinematográfica, que la ha colocado en lo más alto del cine británico. Sus películas de corte clásico y victoriano han sido marca de la casa. No olvidaremos su perfil espigado y su magnífico porte aristocrático, acompañado de esa perseverancia y compostura en cada uno de sus interpretaciones. Siempre dejará en nuestra memoria su firme carácter y su emboscada bondad y afabilidad, especialmente desarrollada en sus últimos años ante la pantalla. Su capacidad de mostrar cierta y aparente inocencia y un crónico despiste en sus papeles, que en realidad disfrazaban un sexto sentido femenino inteligente y sabio, marcaron algunas de sus grandes interpretaciones. Descanse en paz, gran dama del cine.
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