Hoy reseño la tercera película dirigida por el tándem formado por las directoras Bridget Savage Cole y Daniel Cruddy. La trama nos traslada a un pueblecito pesquero del estado de Maine en los EEUU. La tradición pesquera de esta pequeña población viene íntimamente remarcada en la presentación del film con la inclusión de una popular canción de pescadores que incluyo al final de la reseña, cantada por un solista solitario en la preciosa presentación del entorno en el que se va a situar la trama. A lo largo del film, irán apareciendo algunas perlas sonoras que intervienen de manera casi disimulada en los hechos que se suceden.
Con una estructura y un estilo que recuerda al Fargo de los Coen, la película enmarcada en el género de la comedia negra salpimentada con algún asesinato, muestra el poder ejercido desde la sombra por una serie de personajes aparentemente irrelevantes, mediante los que conjuga un argumento, es verdad que no especialmente novedoso, pero sí planteada en la pantalla con cierto interés y un atractivo estilo. La trama gira alrededor de dos hermanas huérfanas que mantienen la pescadería del pueblo. Una noche en la que la pequeña se escapa de casa, un peligroso hombre del pueblo relacionado con una casa de citas, se le cruza en el camino, dando por resultado su muerte violenta. Ambas jóvenes esconden el cadáver. Esta escabrosa situación se suma paralelamente a la parición del cuerpo ahogado de una de las prostitutas de la misma casa. Los poderes fácticos de la población, liderado por tres mujeres mayores aparentemente inofensivas, se enfrentan con la que fuera su amiga, la dueña de la casa de citas, mientras las jóvenes huérfanas cruzan los dedos para que no se descubra su crimen.
La película transcurre entre el suspense generado alrededor del cadáver escondido y la inesperada muerte de la prostituta, con la que parece haber una conexión directa con la desaparición de una importante cantidad de dinero. La cuestión es que en el pueblo parece que nada sucede sin que lo sepan las tres amables señoras que se reúnen habitualmente a tomar el te, de manera tan inocente y aparentemente intrascendente. Mientras el joven sheriff del pueblo investiga a las mujeres, unas y otras, las jóvenes hermanas y las veteranas amigas, las directoras someten al espectador al tira y afloja entre todas ellas, dando a entender que en aquella población pesquera nada sucede por casualidad, en una intención preclara de mantener unida y sin provocar imprevistos daños colaterales a aquella pequeña comunidad.
No me queda más que remarcar dos factores particulares y aparentemente secundarios de la película. Por un lado, el escenario en que se desarrolla la acción, una población dedicada a la pesca y que sufre los embates e inclemencias del una meteorología no siempre amable. Por otro, ese ramillete de canciones populares que acompañan los acontecimientos, y que son de tan acertada elección. Todo ello sin olvidar la participación de un elenco marcadamente femenino muy interesante, integrado por las jóvenes Sophie Lowe y Morgan Saylor, además de las veteranas Margo Martindale, Annette O´Toole y June Squibb. Pequeña pero muy solvente película que merece disfrutar, sin más aspiraciones.
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