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jueves, 23 de febrero de 2023

"Modelo 77"

 

En un año como el 2022, en el que el cine español ha cosechado un buen puñado de notables películas, no podía faltar la marca personal del director Alberto Rodríguez. De sus manos han salido producciones tan estupendas como Grupo 7, La isla mínima, El hombre de las mil caras, La Peste, o su capítulo dirigido en la mini serie El apagón. Pues bien, con Modelo 77, el director nos embarca en un no tan lejano pasado de una España recién salida del franquismo, en el escenario de la cárcel Modelo de Barcelona. Un joven contable, encarnado por el actor Miguel Herrán, es encarcelado en la aquella emblemática prisión donde debe hacerse un hueco y acostumbrarse a convivir con delincuentes de todo tipo. Poco a poco va naciendo una compleja amistad con otro prisionero, interpretado por Javier Gutiérrez. Conforme pasan los años, el juicio que se debería producir para sentenciar al joven presidiario, no llega en el tiempo, en medio de unos trámites interminables y el escollo de la tan deseada transición del país, de la dictadura a la democracia. Conforme los años pasan, una serie de tramas y sucesos acontecen en la cárcel, centrando el transcurrir de la película.
Es interesante visualizar este film, no solo como un modelo cinematográfico bien construido y ensamblado dentro del género carcelario que tantas alegría nos ha dado a lo largo de la historia del cine. Rodríguez se adentra más allá, indagando y profundizando en el perfil político y reivindicativo de los presos, en un momento histórico en el que se prometía desde el exterior y desde determinados sectores de la política española, una amnistía general. Es aquí donde ocupa un lugar preeminente en el film la presencia de la Coordinadora de Presos Españoles en Lucha (COPEL), en su búsqueda de lograr esa amnistía y como foco de presión interna y de búsqueda de sus derechos dentro de la Modelo de Barcelona, protagonizando un buen número de protestas y motines carcelarios. No olvidemos que durante el régimen de Franco y también en los primeros años de la democracia los funcionarios y policías de las cárceles españolas utilizaban la violencia y las torturas sin control, en un régimen carcelario muy duro y marcado por los abusos y el incumplimiento del respeto a los derechos humanos. Por supuesto, todo ello aparece reflejado sin miramientos a lo largo de la película. Además de lo dicho y de la trama principal de ambos protagonistas y un buen número de secundarios, no hay que olvidar este importante y durísimo trasfondo histórico.
Otro de los puntos fuertes de la película, más allá de los espléndidos actores que participan en ella, es el nivel de producción, ambientación y factores técnicos desplegado en ella, sobresalientes en todo su metraje y en su mayoría, galardonados en los recientes premios Goya, obteniendo hasta cinco cabezones correspondientes a dirección de producción, dirección artística, diseño de vestuario, maquillaje y peluquería, y efectos especiales. Para terminar, no puedo dejar de reseñar que, si no hubiera sido por la presencia de la estupenda película de Sorogoyen, As Bestas, la película de Alberto Rodríguez habría acaparado algunos premios más en la noche del cine español, con lo que, cómo veréis, estamos ante una de las mejores películas del año, la que recomiendo ver en cuanto tengáis ocasión.


4 comentarios:

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