Etiquetas

jueves, 29 de septiembre de 2022

"La casa Gucci"

 
2021 fue el año, en mi opinión, del resurgir de Ridley Scott como director, tras años de desaciertos cinematográficos. Si con El último duelo se reencuentra con un trabajo serio y cuidadoso en la realización del género histórico que recuerda un tanto a aquella maravillosa, su primera película titulada Los duelistas, con el film que hoy reseño, Ridley Scott demuestra su amplia capacidad para afrontar una producción dirigida a mostrar al espectador los entresijos y juegos de una serie de personajes complejos y bien realizados, al estilo de producciones como Los impostores, American Gangster o incluso Red de mentiras. Desde entonces, y salvando la meritoria Marte, el bueno del director llevaba deambulando entre su personal y particular saga de su Alien y olvidables pretendidas películas épicas como Robin Hood o Éxodus.
Pues bien, en  La casa de los Gucci nos cuenta lo sucedido en la prominente empresa familiar de moda Gucci, tras la entrada en el negocio de Mauricio Gucci y su ambiciosa esposa Patricia Reggiani, personajes interpretados por unos acertadísimos Adam Driver y Lady Gaga. La película muestra como, a lo largo de treinta años, el negocio familiar evoluciona por derroteros en los que la tradición de un emporio asentado y acomodado, busca desarrollarse y ocupar un hueco en el enrevesado mundo de la moda, potenciado desde los años sesenta hasta los noventa. Pero esta evolución se verá enmarañada en una lucha familiar por ocupar el poder en la empresa, en un entorno de lujo, riqueza y tradición. Y es aquí donde entran en juego los dos protagonistas, Mauricio, más o menos ajeno a la realidad de la empresa familiar y alejado de su padre, interpretado por Jeremy Irons, y su novia y después esposa, Patricia, una mujer motivada por su deseo de medrar en un universo lejano a él, y lleno de riqueza y oportunidades. Quiero señalar la importante presencia de la otra parte familiar: el tío de Mauricio, interpretado por Al Pacino, y su hijo, un Jared Leto casi irreconocible, quienes desde la tradición y el éxito, el primero, y la total falta de carisma y estilo, del segundo, completan este poliédrico escenario de egos y luchas de poder en la empresa marca de riqueza y lujo.
Ridley Scott escarba con elegancia y acierto, en los azares de esta familia, enfocando especialmente la relación entre los dos protagonistas. Su integración en la familia y marca, los intereses de ella y la metamorfosis de él, van modificando una relación, aparentemente basada en una pasión desmedida, hacia cierto compromiso con la marca por parte de Mauricio. Sobre esta metamorfosis y sus consecuencias en la lucha de poder emprendida dentro de la casa Gucci, gira el argumento de una película muy bien dirigida, con un alto nivel de producción y un sobresaliente elenco actoral. Quizás peque de un excesivo metraje, pero, en mi opinión, consigue mostrar al espectador los dimes y diretes de las luchas internas en una de las empresa de moda más famosas y reconocidas de Italia y del mundo. En definitiva, un buen ejercicio cinematográfico que merece disfrutarse y que consolida la presencia de un Ridley Scott maduro, al que creía irrecuperable y que con sus dos películas estrenadas en 2021, logra recolocarse entre los directores que merecen ser vistos y disfrutados en la actualidad. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.