Mucho ha dado que hablar la película que hoy reseño. En general, recibida con buenas críticas, este film dirigido por Ridley Scott y protagonizado por Matt Damon traslada a la gran pantalla el bestseller literario de Andy Weir. El argumento gira entorno al astronauta Mark Watney, que junto a otros cinco compañeros forma parte de una expedición a Marte. Durante la exploración del planeta, una tormenta hace que todo el grupo tenga que abandonar la superficie y regresar a la Tierra, tras sufrir un accidente en el que se da por muerto a Watney. Poco después y tras descubrir que se encuentra solo en Marte, comenzará la experiencia de su supervivencia por mantenerse con vida en un entorno hostil, con escasez de alimento y energía, mientras confía en que desde la Tierra se envíe un misión de socorro que lo saque lo antes posible.
Varios factores hacen que esta película sea un producto apetecible y entretenido. Por un lado, está la historia protagonizada por el propio Matt Damon, en la superficie de Marte. En un enclave/base protegido, preparado en un principio para seis personas, el astronauta puede ser capaz de gestionar sus reservas para un largo periodo de tiempo. Pero una clave resulta difícilmente superable. Es precisamente el tiempo, debido a la distancia entre Tierra y Marte. Por todo ello, tendrá que agudizar su ingenio y utilizar sus conocimientos para aprovechar al máximo sus posibilidades, ya sea en alimentación, agua y energía. Por supuesto, todo ello sería inútil, sin el carácter positivo y seguro del personaje. Su capacidad de superación es una de las claves de la película, tanto para sobrevivir, como en el aspecto del mensaje dirigido al espectador a lo largo de todo el metraje. Su incapacidad de rendición, de no admitir la muerte como destino, hacen de él un instrumento de ingenio, lucha y capacidad de supervivencia. Otro tema, es la credibilidad científica de lo que Matt Damon es capaz de hacer en Marte, con sus condiciones atmosféricas, calidad de la tierra y demás composiciones marcianas. La posibilidad o no de determinadas situaciones que se dan a lo largo de la película, entran dentro de la capacidad del espectador de creer todo lo que ve, como dogma real científico. En estos aspectos no entro, por pura ignorancia. Entiendo que son posible, jugando con determinadas características y estudios ambientales, técnicos y científicos.
Paralelalmente a lo sucedido en Marte, encontramos dos lugares en los que la situación del astronauta causa graves trastornos. Por supuesto en la NASA, que tras enterarse del accidente y sobre todo de la supervivencia de Watney, hará todo lo posible, dentro de las dificultades que ello soporta, la recuperación y salvamento del superviviente. Aquí vemos muchos factores a tratar. El tiempo de preparación de la expedición, el asunto de los alimentos y los plazos de supervivencia, la colaboración entre distintos estamentos y países y otros factores, son algunos de ellos. En segundo lugar, tenemos a la tripulación del la nave que regresa al a tierra con el peso de la muerte del compañero, hasta que les comunican su supervivencia. En ambas situaciones, desgraciadamente la película cae en tópicos que han sido vistos en otras películas del género, sobre todo en "Apollo XIII" donde los técnicos en la tierra tienen que ingeniarse cómo van a hacer que sobreviva y sobre todo, realizar su salvamento. En este caso, me parece la parte menos interesante de la película, aunque no deja de ser entretenida y curiosa, a pesar de los estereotipado de los personajes.
Vuelvo al personaje de Damon. A su capacidad de supervivencia, hay que unir la herencia del guión del libro, que caracteriza al astronauta por su flema graciosa e ingeniosa en su afán de sobrevivir y hacer su estancia más llevadera. Su parte de guión es la más fresca de la peli y por ello la más entretenida, que unida a los avances en su estancia en Marte, conforman, gracias a un todo terreno Matt Damon, lo mejor de esta producción. Respecto a la dirección de Scott, decir que no es su película tipo, en la que profundiza y firma con su característica propia de hacer cine. Digamos que no es fácil encontrar una marca de la casa, a no ser que nos refiramos al espectacular uso de la técnica para mostrar al espectador los inmensos paisajes marcianos y todo lo que conlleva el equipo y habitáculos del astronauta en Marte. En este caso Ridley Scott lo clava a al perfección.
Un producto entretenido, que en algunos momentos peca de tópico y que goza de una dirección no excesivamente personal de un director que últimamente no terminaba de definir una película de nivel. Matt Damon tiene la capacidad de llenar la pantalla y empatizar con el espectador a la perfección. Cabría preguntarse qué hubiera sucedido si el papel protagonista hubiera sido encarnado por otro actor. Yo creo que el resultado no hubiera sido el mismo. Damon tiene estrella, es indudable. Respecto a la presencia del film, es notable. Los paisajes, el espacio y su entorno, son perfectos para visionarlos en pantalla grande y esto ayuda. Respecto al plantel de actores, todo bien. Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor y Jeff Daniels, realizan actuaciones convincentes, dentro de los estereotipado de sus personajes. Lástima lo tópico de algunas partes de la película, sobre todo en un final algo desinflado y poco emocionante. Pero en conjunto nos encontramos una película amable, entretenida y perfecta para desconectar.
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