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jueves, 22 de septiembre de 2022

"La lista final"

 

Un grupo especial estadounidense de los SEAL acomete una misión para encontrar y eliminar a un líder yihadista. Sin embargo, la operación termina en un desastre y solo sobrevive el oficial al mando. Tras su vuelta a casa, Reece, el oficial superviviente, se plantea algunas dudas sobre lo que sucedió realmente en aquella operación, sobre todo tras comprobar algunas opiniones y evidencias que sobre la misma le presentan sus mandos, y de las que no recuerda apenas nada. Poco a poco y en su afán por descubrir la verdad, irá ahondando en lo sucedido hasta introducirse peligrosamente en un complot que afecta a niveles que ni siquiera se podía imaginar.
La serie deambula en el género de las conspiraciones y operaciones militares. En este caso, el personaje principal esta encarnado por Chris Pratt, quien parece querer darle un vuelco dramático a su carrera, un reto al que parece no llegar. Francamente, lo peor de la serie es el propio actor, en en su capacidad perentoria por poner caras de pena y mostrar bastante poco carisma a la hora de interpretar su personaje. Por lo demás la serie funciona bien dentro de su género, aunque sin llamar en exceso la atención. Vamos, que se deja ver en general. Ya conocéis los pilares básicos de estas producciones: amistad, familia, personajes conspiranoicos, el poder de la prensa y el afán del que se siente engañado, y pugna por llegar al meollo de la cuestión y al descubrimiento de la verdad, además del típico personaje que representa a la ley y que duda de la culpabilidad aparentemente manifiesta del personaje protagonista y, como no, la sospecha de corruptela típica empresarial y política. 
En definitiva, estamos ante una producción que, en mi opinión, con la participación de otro actor en el papel principal, posiblemente hubiera funcionado mejor, o por lo menos, no habría llamado la atención por la falta de capacidad de Pratt de imprimir el carácter necesario para hacer creíble su papel. Lo demás corre de cuenta de los guionistas, quienes no han conseguido que la serie despunte por encima de este tipo de producciones. Incluso las escenas de acción resultan demasiado regladas por una supuesta coreografía muy encorsetada. Para terminar, el juego de venganza en el que se introduce el protagonista, y no quiero contar más, en mi opinión traspasa la línea de su objetivo de hacer justicia por su propia mano, rozando lo que parece casi puro terrorismo, actualmente una línea roja que creo que no hay que traspasar. No todo es justificable en el mundo actual, ni siquiera en ficción. No estamos en los ochenta y el mundo ha cambiado mucho y no todo vale. Creo que el varapalo que puede recibir Chris Pratt con este papel lo va a dejar un rato en el dique seco. Barrunto. Y lo peor es que se augura segunda temporada. ¡Vaya huevos! Con perdón.






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