Con eso de las nuevas plataformas de televisión, la oferta de productos, películas y sobre todo series, ha sufrido un aumento exponencial increíble. Esto ha permitido que la producción de países europeos que hasta ahora no salía de sus fronteras, esté al alcance del usuario más curioso. En este caso me refiero a una serie estrenada en Netflix, que consta de nueve capítulos y es de nacionalidad belga, además de estar rodada en idioma flamenco. Su título despeja un poco la trama inicial con la que se presenta ante el espectador.
Un matrimonio con una hija pequeña se traslada a una vieja casa de la familia en un profundo bosque, hasta que el seguro les pague el siniestro por el que se incendió su hogar en la ciudad. Lo intrigante de todo es la amnesia que sufre Annemie, la esposa y madre, que desde que sufrió un accidente unos meses antes, olvida todo lo que le sucede a diario desde el momento del suceso. Sin embargo, la memoria de su vida antes del accidente se mantiene prácticamente igual. El trascurso de la vida diaria se complica ante esta eventualidad, ya que la mujer necesita apuntarse las cosas más cotidianas para rehacer su vida. Paralelamente, la trama viaja al futuro, momento en que encontramos a la protagonista ingresada en un centro de salud mental e investigada por la desaparición de un hombre al que no recuerda conocer. A partir de estos dos momentos temporales, el espectador va descubriendo, conforme la propia Annemie va recordando qué le sucedió en realidad tras el accidente y durante su estancia en aquella solitaria casa.
Tengo que reconocer que este producto televisivo resulta en muchos momentos tramposo e incluso predecible. Sin embargo, sus creadores construyen las tramas con un buen uso del suspense, fusionado con algo de psico-thriller y con cierto aderezo de supuestos fenómenos paranormales. Pero además, interesa el día a día de la esposa con su marido y su hija, y sus sentimientos que emergen ante tan complicada situación, además de la compleja relación con una madre que no lleva bien cuidar de un padre que sufre alzheimer. Interesante, por otro lado, la trama en la que la protagonista se encuentra en el centro de salud mental, donde particularmente toma contacto, creando una curiosa y simpática amistad, con un pirómano, quizás el papel más simpático de la serie. Lo peor, sin duda, la interpretación del policía encargado de la investigación.
En definitiva, un producto que pudiera considerarse del montón, pero que ofrece una buena dosis de suspense, además de ofrecer al espectador la oportunidad de acercarse a un producto televisivo de un país que no es habitual por estos lares. Una serie a ratos tramposa pero en general muy entretenida.
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