"El Ángel Sombrío" es una novela histórica de Mika Waltari, protagonizada por Giovanni Angelos y localizada en la defensa del sitio de Constantinopla en 1453. Este personaje ya había protagonizado anteriormente una novela titulada Juan el Peregrino. En aquella, Giovanni, un aventurero comprometido con su destino, viaja por Italia y se une a la cruzada liderada por Hungría para detener a los turcos en el este de Europa. Tras ser derrotadas las huestes cristianas, Giovanni es hecho preso por el sultán Mehmed II y tomado a su servicio. Pues bien, en la novela que hoy reseño, Giovanni tras escapar del Turco y recordando una visión trasladada por un ángel, decide aventurarse hasta Constantinopla para luchar por su defensa contra Mehmed II, su ansia de poder y de hacerse con la capital imperial. Allí le tomarán por un espía del Turco, compartirá momentos inolvidables junto al mercenario y caballero Genovés Giustiniani, conocerá al último emperador Constantino XI Paleólogo y se enamorará de la hija del influyente y oscuro megaduque Lucas Notaras, llamada Ana.
Giovanni plasma en primera persona y en forma de diario su estancia en Constantinopla desde diciembre de 1452 hasta un par de días después de la caída de la ciudad. A su llegada, Constantino XI acababa de instaurar la unión de los dos credos cristianos, para deshonra de gran parte de la población bizantina. Para muchos, el emperador se había plegado ante el papa de Roma y había traicionado la fe de Oriente, hasta el punto de que muchos preferían pactar con Mehmed II antes que seguir viviendo en una ciudad pagana y llena de latinos (venecianos y genoveses sobre todo) quienes sobreponían sus riquezas y derechos comerciales a la seguridad y bienestar de la población de Constantinopla. Esta tensión confesional entre latinos y griegos, además del pulso entre genoveses y venecianos, provocarán no pocos enfrentamiento, mientras el Turco organiza un gran ejército y construye piezas increíbles de artillería, con las que pondrá sitio a la ciudad, ya que se encuentra ansioso por hacerse con Constantinopla y superar en gloria a su padre.
A lo largo de la novela y desde su llegada, Giovanni tendrá que lidiar con su pasado en la corte otomana. Todo su entorno piensa que es un espía y aunque le respetan, evitan aceptar la ayuda que quiere prestar en la defensa de la ciudad. Será el genovés Giustiniani, caballero que se prestó a defender las murallas junto a cuatrocientos caballeros, quien le acoja a sus servicio, además de proporcionarle una sincera amistad. Paralelamente, nuestro protagonista se enamora de Ana Notaras e inicia una relación algo tormentosa con la hija del megaduque. Como suele suceder con los personajes femeninos de Waltari, Ana es una mujer presuntuosa. Pasional en los lances amorosos, no evita mostrar a su amado la cara y la cruz de su amor, jugando con el protagonista entre desplantes y desaires.
Intercalando ambas tramas en su diario, Giovanni, también conocido como Johannes Angelos, narra al lector con auténtica pasión los hechos que allí acaecieron durante sus seis meses de estancia, describiendo las tensiones entre los defensores de la ciudad, las conspiraciones de quienes se sentían traicionados por el emperador, así como los preparativos y defensa de las murallas y el puerto de la ciudad. Su personaje destila una sombría aceptación de su destino, paralelo al de Constantinopla, así como pasión en sus actos, tanto en sus lances amorosos como en su participación en los preparativos militares. A sus cuarenta años, se nos presenta como un hombre deseoso por aprovechar el tiempo que le queda, prefiriendo alcanzar el amor de su amada y morir defendiendo la ciudad, antes de volver a hincar la rodilla ante Mehmed II. Todo ello lo hace ante la sorpresa de su entorno, que no entiende tal postura en un hombre que puede lograr la libertad y sobrevivir al asedio. Sin embargo, Giovanni, prefiere aceptar su destino, no escapar de él. Ésta es su principal misión, sombría por otra parte, pero inherente a su persona.
Waltari nos presenta a unos personajes rotundos en su carácter y presencia ante la vida. Si bien Angelos y Ana, aparecen como personajes principales de la novela, el autor llena las páginas de inolvidables y potentes personajes secundarios. Impresionante la presencia de Giustiniani, feroz caballero con armadura y fiel en su amistad con el protagonista. Lucas Notaras, junto al emperador Constantino, muestran las posiciones divergentes ante la presencia del Turco. Uno jura no entregarle la ciudad y el otro preferiría defender su integridad para el futuro, evitando la lucha. No olvidemos, el papel de Manuel, el sirviente de Angelos. Su presencia, nos recuerda la humanidad de un pueblo que espera con terror el ataque otomano, plantándose ante su señor como un personaje entre picaresco y lleno de sabiduría. Sus verdades duelen aunque suenen traicioneras.
El Ángel Sombrío, enmarca el fin de un ciclo, la caída de Constantinopla, enmarcada en el avance imparable del imperio otomano, el pulso comercial entre venecianos y genoveses, el desengaño de la unión de los ritos latino y griego, pero sobre todo, el recuerdo de la defensa de unos pocos valientes que murieron en las murallas de la antigua Bizancio, ante el olvido del mundo cristiano en occidente. Esta novela engloba un gran drama, narrado en el paralelismo del protagonista y la ciudad, ambos afrontando el destino que les une. Una gran batalla épica que enfrenta a turcos y cristianos, narrada con gran pulso, sobre todo en su tramo final, en el que el autor describe con realismo y gran dramatismo narrativo los últimos días de la que fue hasta entonces la frontera entre dos mundos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si comentas, aceptas la política de privacidad. Únicamente utilizaré tu correo para los comentarios. No lo almacenaré ni lo usaré para nada más.