Muchos, al comenzar la etapa del guionista Soule en Daredevil, nos preguntábamos en qué circunstancias se había producido el cambio en la situación personal del superhéroe desde el último número firmado por Waid y Samnee. No solo nos lo encontrábamos de nuevo en Nueva York, manteniendo el anonimato y nuevamente ejerciendo la abogacía, sino que además había cambiado su imagen para sorpresa de propios y extraños. Tal y como se comenta en la introducción de este número, parece ser que la presión de los lectores podría haber forzado a la editorial a presentar a los lectores la explicación de lo que provocó ese salto para todos incomprensible. Pues dicho y hecho, Soule ha decidido mostrarnos, dentro de un plan que por lo que parece tiene cierto recorrido a largo plazo, el porqué de todos estos cambios y aclararnos las circunstancias, en mi opinión un tanto forzadas, por las que Daredevil abandonó San Francisco, se separó de Kirsten McDuffy y recuperó su anonimato y su antiguo trabajo de abogado.
Por medio de dos historias hilvanadas repartidas en dos y cuatro grapas, se presenta un tomo que aglutina estas seis grapas, en el que con la ayuda de los dibujantes Sudzuka, Garney y Laming, entrecruza sus últimos días de Daredevil en San Francisco tras la salida de Waid, con el presente tras el fulgurante ataque de Musa a Punto Ciego. Matt Murdock se plantea su presente recordando el momento en el que se redirigió su vida en San Francisco y por ello se le presenta la necesidad de contar lo sucedido y expirar sus pecados en una iglesia frente a un sacerdote y en confesión. Entrecruzando pasado y presente, poco a poco Matt, tras un confuso encuentro con algunos enemigos y especialmente con su eterno rival Bullseye, va desglosando la situación sentimental y personal junto a McDuffy en la ciudad californiana, así como un definitorio encuentro con otro de sus más famosos enemigos: el Hombre Púrpura.
La verdad es que es de agradecer el esfuerzo con el que el guionista pretende cerrar el vacío existente entre las etapa anterior y la actual en la vida de Daredevil y Matt Murdock. Resulta especialmente interesante la lucha interior del personaje y la presentación en su pulso con Killgrave, de todos los alteregos del justiciero, desde su etapa con uniforme amarillo, pasando por aquella en la que jugó a esconder su personalidad con la invención de un hermano o incluso la que protagonizó el imprescindible número de "El Hombre sin Miedo" de Miller y Romita Jr. Esta grapa es la única dibujada por Laming y resulta un bonito recuerdo para los que seguimos al diablo rojo desde sus orígenes. Si bien la explicación de cómo Daredevil recupera su trabajo y anonimato en Nueva York resulta algo forzada, en definitiva, a nivel narrativo y dramático, funciona y termina por cerrar aquella etapa de Waide y Samnee, con lo que parece afianzar la actual liderada por Soule en vistas a, como se dice en la introducción, a presentar un plan de largo recorrido y que desarrollará en los próximos números.
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