El director Gavin O´Connor recupera con esta película el género del boxeo (en este caso lucha mixta), buscando recrear en la pantalla no sólo un conjunto de combates en los que el realismo de la lucha en el ring se cuida con todo detalle, sino que además el componente dramático juegue con el día a día de los protagonistas, recordando sus miedos, penurias y recuerdos.
Un padre ex-alcohólico, con un pasado lleno de malos tratos y abandonos familiares, se reencuentra con sus hijos, gracias a un torneo de artes marciales mixtas. Por un lado, uno de ellos, exmarine como su padre y recién llegado de Irak, que sufre un fuerte trauma post combate, convence a su padre para que le entrene y para competir por los cinco millones de premio de un torneo mundial de lucha libre. Por otro lado, el hijo mayor, padre de familia y felizmente casado, pero con graves problemas financieros que pueden hacer que pierda su casa, gracias a determinadas circunstancias conseguirá tomar parte del torneo, buscando el mismo fin: ganar los cinco millones. Es decir, nos encontramos con la típica película de las segundas oportunidades.
Un padre ex-alcohólico, con un pasado lleno de malos tratos y abandonos familiares, se reencuentra con sus hijos, gracias a un torneo de artes marciales mixtas. Por un lado, uno de ellos, exmarine como su padre y recién llegado de Irak, que sufre un fuerte trauma post combate, convence a su padre para que le entrene y para competir por los cinco millones de premio de un torneo mundial de lucha libre. Por otro lado, el hijo mayor, padre de familia y felizmente casado, pero con graves problemas financieros que pueden hacer que pierda su casa, gracias a determinadas circunstancias conseguirá tomar parte del torneo, buscando el mismo fin: ganar los cinco millones. Es decir, nos encontramos con la típica película de las segundas oportunidades.
En este caso, la historia se repite, con cierta calidad. La reaparición de Nick Nolte, como el padre renacido, forma parte de esas actuaciones memorables, que además le valió una nominación a los premios Oscar. Los personajes de los dos hermanos están firmemente interpretados por un poderoso y oscuro Tom Hardy y por Joel Edgerton. Sin duda este trío, consigue aunar el peso interpretativo.
En definitiva, estamos ante un ejemplo más de que las películas de boxeo, gozan de un buen momento de forma, aunando poderosas imágenes de realismo en el ring y un componente dramático que sigue atrayendo a pública y crítica por igual. Además, a esto se une una buena utilización de la cámara con un montaje convincente y una bso muy adecuada. Muy recomendable para los amantes del género.