16 de diciembre de 1944. Los alemanes lanzan una ofensiva en el frente occidental en pleno territorio de las Ardenas. La presión ejercida en las líneas aliadas es considerable, más aún sabiendo que aquel frente llevaba tranquilo desde el mes septiembre. Uno de los puntos claves del ataque, debido al cruce de carreteras estratégico utilizado en la ofensiva nazi, se localiza en la población de Bastogne. Durante ocho cruciales días, algunas pocas unidades reunidas bajo el mando del VIII Cuerpo de ejército del Mayor General Middleton, defienden aquella posición en inferioridad de condiciones, ante un enemigo mejor preparado para el invierno y que cuenta con el apoyo de algunas de sus famosas unidades blindadas Panzer.
La editorial Salamina recuperó y publicó el año pasado, este breve pero detallado estudio, dedicado a aquellas interminables y críticas jornadas, publicado en los EEUU por el general de brigada Samuel L.A. Marshall, conocido periodista e historiador militar. En sus páginas se desarrolla el esfuerzo realizado por una serie de fuerzas combinadas estadounidenses, formadas por tropas de infantería aerotransportada, blindados, ingenieros, caza carros y artillería, en su apuesta por enfrentarse a importantes fuerzas de combate alemanas. Todos recordamos aquel capítulo en el que algunos regimientos de la 101ª División Aerotransportada fueron enviados sin apenas munición y ropa de abrigo a Bastogne, para enfrentarse a la ofensiva alemana sobre las Ardenas. Pues bien, a ellos hay que sumar el 327 Reg. de Infantería de Planeadores, el Batallón de Artillería de Campaña de Planeadores y el Grupo de Combate B del la 10ª División Acorazada, a los que se sumaron pequeños grupos de combate y un Batallón de Caza carros.
A primera vista parece un grupo heterogéneo, y si bien en los dos primeros días de defensa de Bastogne actuan con cierta independencia y con muy poco conocimiento de a lo que se enfrentan, hay que subrayar su valor, temeridad y emprendimiento táctico y estratégico que, unido a un planteamiento difuso y equívoco en el mando de ataque alemán, logra afianzar durante ocho días, de una manera impecable y sacrificada, aquel punto decisivo en la ofensiva nazi. El general Marshall realiza un concienzudo esfuerzo por mostrar al lector los movimientos aliados concentrados en aquella población, frente a los localizados ataques de las fuerzas de infantería y blindados alemanas.
La niebla, unida a la sorpresa con la que se inicia aquella ofensiva, fuerza a los mandos aliados allí establecidos, a utilizar de manera conjunta las tropas reunidas, combinado con acierto y no poca suerte, la movilidad de los paracaidistas, bregados en Europa desde el asalto de Normandía, con la presencia de poca artillería, blindados y un grupo de caza carros bien situado en los momentos y lugares exactos en donde se dieron los ataques alemanes, llegando en ocasiones hasta los mismos aledaños de Bastogne. Mientras estas fuerzas resisten gracias a la llegada de suministros por aire, en un territorio copado por los alemanes, los aliados preparan una fuerza de socorro, la 4ª División Acorazada, para llegar a la zona antes de cerrarse una bolsa que prácticamente puede desahuciar a los estadounidenses allí situados.
Todo lo allí sucedido, se cuenta en estas páginas con buen ritmo y detalle, en una narración que introduce al lector en los combates que tuvieron lugar durante aquellos ocho días en cada uno de los puntos y cruces claves existentes alrededor de la población, en un modelo entretenido de cómo plasmar y contar aquel enfrentamiento vital por defender Bastogne, sin duda, uno de los capítulos más importantes de la batalla de las Ardenas. Como curiosidad, el estudio incluye un apéndice con la versión alemana de lo sucedido en aquellas jornadas previas a la llegada del socorro aliado, liderado por la 4ª División Acorazada. Lo que sigue, ya es historia.
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