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jueves, 11 de julio de 2024

"El cebo"

Esta coproducción hispano-germano-suiza dirigida en 1958 por Ladislao Vadja, es una mis películas favoritas del género. Recuerdo haberla visto de muy chaval en la televisión de mi cas y que se me quedó marcada en mi cabeza. Hasta tal punto que no dejo de verla una vez al año. En esta ocasión he tenido la suerte de poder disfrutarla en la Filmoteca de Navarra en pantalla grande y versión original en alemán, demostrando de nuevo la calidad de su historia y la capacidad del director para plasmarla en la pantalla con la tensión necesaria para que el espectador no levante el trasero del asiento ni un segundo de su metraje.
La película está ambientada en Suiza, y la trama gira alrededor de la aparición de una niña asesinada en un bosque en uno de los cantones del país. Un buhonero con ciertos antecedentes de vagabundo encuentra el cadáver y avisa a la policía. El investigador en jefe a cargo del asunto está a punto de dejar su puesto y viajar al extranjero y el inspector que le suple en el caso cree que el buhonero es el asesino. Sin embargo, su exjefe tiene la sospecha de que se equivocan con aquella acusación. Hasta tal punto se implica el jubilado policía, que en su afán de no abandonar el caso decide quedarse en Suiza y realizar de manera privada su propia investigación. Para ello compra una gasolinera cercana a una carretera, para el clave en la resolución del caso, y contrata a una mujer, madre de una niña, para atender el servicio de su nuevo hogar.
Vadja, director húngaro que emigró de Hungría previo al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, para terminar asentándose en España y nacionalizándose en el país, es también el autor de su guion junto a Friedrich Dürrenmatt, con quien tuvo discrepancias en el final de la película. Más allá de ello tanto la dirección como el guion del film desarrollan con mano firme una película procedimental de libro, llena de tensión y cierto suspense, de la mano del investigador interpretado por Heinz Rühmann, quien no solo se muestra sensible a la muerte de la niña, sino también a la que el cree es una acusación falsa contra el sospechosos principal. Su destino y el hecho de que se cierre un caso para el más grande de lo que piensan en comisaría, hace de su personaje un ser sensible, involucrado, pero también en cierto momentos manipulador, con tal de conseguir su fin final. Resulta especialmente interesante su implicación testaruda en resolver el caso en varios factores importantes. Por un lado el estudio psicológico del perfil del asesino, con el estudio de un dibujo de la niña asesinada y, por otro, su constancia en seguir las pistas en una investigación en la que el destino y la casualidad deben ayudarle en gran manera a que su intuición acierte con el resultado final de sus pesquisas.
Uno de los aciertos de la peli, es que el presunto asesino no sale en pantalla hasta más que mediada la película, una vez que el inspector ya ha comenzado a seguir el hilo de su propia y peculiar investigación. Gert Fröbe, aquel que interpretó al villano de turno en la fantástica película de James Bond Goldfinger, encarna al peculiar y oscuro asesino, del que conforme avanza el film, el director no va aportando datos de su modus operandi y el origen de sus hechos delictivos. Su interpretación es perfecta en un personaje que se queda marcado en la mente del espectador, o por lo menos es lo que me pasó a mí de chaval. 
Ambos factores interpretativos, y el entorno en el que se mueven los hechos desarrollados en la película, ganan aún más presencia en el buen hacer narrativo y cinematográfico del director. El desarrollo de la trama aporta suspense, tensión y ritmo, en un hilo dramático que se mueve en el trayecto de la carretera que vigila el inspector desde su gasolinera. El blanco y negro en el que se rodó aporta misterio y un tono escabroso y lúgubre perfecto para el argumento que rodea al asesino y su víctima, logrando un efectismo acertado. Creo que estamos ante una de las grandes películas del género, no solo por su buen hacer técnico y de interpretación, sino también por lo valiente de su propuesta, adentrándose en el truculento universo de los asesinatos de quienes son los seres más inocentes, indefensos y queridos en nuestro entorno más cercano y familiar, los niños y niñas. Una película de la que seguiré disfrutando siempre que pueda, y en la que seguro seguiré descubriendo detalles y guiños que el director y los guionistas aportaron con acierto en su elaboración.







 

2 comentarios:

  1. Es un peliculón. Acabas de crear la necesidad de verla de nuevo en cualquiera de mis noches de guardia. Ese blanco y negro es tremendo. Igual que el desarrollo de los personajes. Gracias por sacarla del baúl de los recuerdos. A mí padre también le encantaba

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    1. Sin ese blanco y negro no sería lo que es, de manera tan significativa. Es una peli a la que tengo especial cariño, por el recuerdo que me dejó de chaval. Gracias por pasarte!!!

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