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lunes, 12 de junio de 2023

"Alejandría. En busca de la ciudad perdida" - Edmund Richardson


A quien más, a quien menos, especialmente en el círculo de los aficionados a la historia de la época victoriana británica vinculada a la India y Afganistán, le sonarán nombres como Alexander Burnes, Lord Auckland, Dost Mohammad, William Macnaghten, Henry Pottinger, Shah Shujah, Ivan Vitkévich o Joshia Harlan. Si a esto añadimos lugares como Kabúl, Kalat, Peshawar, Herat, Ludhiana o Bagram, el lector más avezado ya habrá localizado las referencias al Gran Juego, los dimes y diretes protagonizados por la Compañía de las Indias Orientales en la frontera noroeste de la India y los tiras y aflojas expansionistas y juegos de espionaje enclavados en aquella frontera lejana, en el primer cuarto del siglo XIX.

Pues bien, a estos nombres habría que añadir, junto a otros cuantos personajes oscuros y controvertidos, al conocido como Charles Masson, apodo del soldado James Lewis que, un día de verano de 1827, decidió desertar del ejército de la Compañía Británica de las Indias Orientales para vivir un viaje lleno de aventuras, descubrimientos, engaños, desalientos y más de una penuria. Su poco apego a la vida militar, su afición por la figura de Alejandro Magno, su espíritu aventurero y el cruce en su camino de ciertos elementos especialmente contradictorios y oportunistas del espionaje británico en pleno frenesí diplomático y bélico por dominar un país complejo en diversidad, geografía y sangrientas luchas internas, le llevaron a convertirse en un hombre interesante en el que profundizar biográficamente.

El historiador Edmund Richardson, profesor del Departamento de Clásicas e Historia Antigua de las Universidad de Durham, profundiza en el personaje que protagoniza este divulgativo y entretenidísimo libro, en especial en cuanto a su relación con la búsqueda de las ciudades fundadas por Alejandro Magno en sus conquistas allende Afganistán y el Cáucaso. En su viaje, en un periodo rico en aventureros, guerras inútiles y de oportunistas y militares de despacho, faltos de inteligencia militar, Mason realizó una serie de descubrimientos arqueológicos de gran interés internacional. Me refiero a sus trabajos en un buen número de estupas budistas que jalonaban aquellas tierras y especialmente, su intervención en el yacimiento de Bagran y su recolección de monedas, con las que demostró que aquella zona englobaba una encrucijada cultural que localizaba esencias de occidente y oriente hechas realidad en imágenes y conceptos identitarios.

Sin embargo, aquel juego de espionaje, improvisación, oportunismo y ambición por parte de quienes lideraban la corrupta Compañia de las Indias Orientales, provocó que nuestro protagonista se convirtiera en un importante peón de aquello que llamaron el Gran Juego, desproveyéndole de las herramientas necesarias para continuar sus trabajos y empujándole a formar parte de conspiraciones, malos entendidos y de una guerra, la 1ª de Afganistán, que concluiría con el mayor desastre militar sufrido por la Compañia en su historia, y paralelamente, en su propia caída en la desgracia total.

Esta historia, magníficamente narrada por Richardson, nos muestra la apasionante figura de Mason enredada en un gran caleidoscopio de personajes y lugares que protagonizaron una quincena de años, tan atractivos como esperpénticos, dentro de la historia de un Imperio, el Británico, que nunca deja de atraer la atención de aficionados y lectores. De ahí, mi recomendación a que el lector se pierda en este libro y en la inmensidad de las tierras afganas, de la mano de este aventurero golpeado y maltratado por el oleaje de la ambición personal y colectiva de tiempos pasados.

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