Casualmente, mis dos últimas lecturas del pasado verano, han coincidido en una época de la Grecia Clásica protagonizada por la Guerra del Peloponeso y, particularmente, por la controvertida figura del estadista, orador, guerrero y estratego ateniense, Alcibíades. Por un lado me refiero a la novela corta de Theodor Kallifatides, al que no había leído hasta ahora, y la tercera entrega de la saga de novela histórica dedicada a este periodo por el escritor Juan Luis Gomar Hoyos. Ambas muestran al lector diferentes e incluso contrapuestas visiones del personaje griego al que otros escritores han dedicado alguna de sus novelas, como la imprescindible Vientos de guerra de Steven Pressfield o la interesante El Ateniense de Pedro Santamaría.
Es por ello que, en vez de escribir una reseña para cada una de estas lecturas, y aprovechando dicha casualidad lectora, he preferido invertir mi tiempo en mostrar una pequeña visión de cada una de las novelas en esta publicación de hoy, remarcando sus características más definidoras y, como no, siempre según mi humilde opinión, lo que me ha parecido cada una de ellas.
Timandra es una novela de apenas doscientas páginas planteada al estilo de unas memorias, en las que la protagonista, la hetaira ateniense Timandra, amante de Alcibíades, cuenta su relación con el personaje, desde el punto de vista de quien enamorada de él, pasa sus últimas horas en una desvencijada y solitaria choza compartiendo el destino de quien se encuentra exiliado y perseguido por sus enemigos ganados a pulso a lo largo de una vida de victorias y traiciones. Debo confesar que el libro me ha dejado algo frío, en tanto en cuanto me ha parecido, especialmente en su primera mitad, bastante repetitivo en su idea de plasmar los sentimientos de una Timandra culta, bien relacionada en una Atenas boyante en filósofos, riqueza y victorias, que se encuentra abrumadamente enamorada de un hombre que ha disfrutado de poder y gloria en una vida en la que ha buscado con frenesí y sin descanso, fama y protagonismo. Sin embargo, a lo largo de sus últimos años de vida le persiguen los fantasmas producto de una masacre ordenada por él mismo en Milo, mientras huye sin remedio con la única compañía de Timandra, hacia un exilio sin vuelta atrás.
Esta visión de Kallifatides, mostrada al estilo de una tragedia griega, abunda en la visión de la mujer que siempre ha estado a la sombra del estadista ateniense, aún a sabiendas de su secundaria posición de amante y querida. Si bien la novela no ha terminado de atraparme y la encuentro irregular en su presentación, la idea trágica de aquellos últimos momentos compartidos por ambos amantes escondidos en aquella vil choza, contados por la bella y fiel amante, me ha interesado en cuanto a su concepto y como pilar de los sentimientos y la visión de aquel mundo que tendría la bella Timandra.
Otra novela a la que me refería, diferente a la anterior, es La muerte te aguarda en Sicilia. En este caso nos enfrentamos con la tercera de una saga en la que los protagonistas, algunos de ellos, fueron presentados y desarrollados en las dos anteriores propuestas de su autor: La isla de las sombras y El llanto inconsolable de los cuervos. El fin buscado en sus libros por Juan Luis Gomar es presentarnos algunos de los hitos o hechos que se sucedieron a lo largo de la Guerra del Peloponeso entre Atenas y Esparta. Es ahora cuando le ha tocado desarrollar y novelar la operación militar diseñada por el ateniense Alcibíades para conquistar Sicilia, con la excusa de ayudar a una ciudad aliada de Atenas frente a una aliada de la gran urbe de Siracusa. Esta invasión liderada por él mismo y por los estrategos Nicias, importantísimo personaje en la novela, y Lámaco, llevará a miles de atenienses a enfrentarse contra los siracusanos y encontrarse con la horma de su propio zapato, en una de las debacles más terribles de aquella guerra. Será en esta aventura donde Alcibíades traicionará a su Atenas solicitando la protección de Esparta en uno de los actos más controvertidos de aquellos lejanos eventos históricos.
La novela abarca con detalle los hechos previos a aquella operación militar, su desarrollo y sus terribles consecuencias para Atenas. Y lo hace en base, sobre todo, a dos personajes claves. Por un lado el nombrado Nicias, opositor de Alcibíades y gran estratego, más conservador y con los pies en el suelo, pero que se encuentra al frente de una invasión que no había planeado, es más, a la que se había opuesto previamente. Por otro, un general siracusano llamado Hermócrates. Ambos se enfrentarán en los alrededores de Siracusa, en una guerra que duró dos años y que barajó traiciones, ataques suicidas, avances militares y choques sangrientos. A ellos se unirán personajes como el ateniense Demócrates o el espartano Gilipo, en una guerra de desgaste y de terribles consecuencias. Pero además, Juan Luis presenta su propia versión de unos hechos que conmocionaron una época, aportando su gran conocimiento de aquella guerra a la que incluye una historia de amor prohibida protagonizada por el propio Alcibíades, personaje omnipresente en ambos libros aquí reseñados, pero curiosamente, presentado en un segundo plano menos visible. Solo pongo un pero a esta novela. Me refiero al cierto abuso del autor por transcribir los discursos que los protagonistas defienden ante sus ciudadanos, guerreros y hombres de confianza, a lo largo de la novela. Sé que seguro son necesarios, pero en mi opinión ralentizan la narrativa de un libro que cuenta un momento apasionante y desgarrador de aquella larga y sangrienta guerra. Por cierto, me cuenta su autor que ya está preparando la cuarta entrega de esta saga, que espero con gran ilusión y deseo. Siempre es un placer leer a mi buen amigo Juan Luis.
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