Ver la portada del número de Desperta Ferro Contemporánea de este mes que presento hoy en mi blog y pocos dejarán de reconocer al Fokker pilotado por Manfred von Richthofen, más conocido como el Barón Rojo. Sin embargo, el público en general desconoce la gran mayoría de las facetas y características que conformaron la guerra en el aire durante la confrontación europea entre 1914 y 1918. De ahí el acierto de la editorial en presentar este ejemplar en el que se repasa todo lo que rodea a un arma de guerra recién llegada al mundo bélico en el que, si bien no fue decisiva en su resultado, sí que planteó las bases y distintas teorías tácticas y estratégicas sobre lo que la aviación depararía a los largo de los años.
Como no podía ser de otra manera, el primer artículo está dedicado a los inicios de la aviación y la conquista del aire realizada por una serie de valientes aventureros que retaron a la gravedad en uno de los sueños más antiguos del ser humano, volar. Para el año 1912 los países más desarrollados del mundo ya tenían sus correspondientes armas aéreas, a pesar de la importante oposición existente entre un gran número tradicionalistas en el mundo militar. A partir de ese momento y tal y como cuenta el segundo artículo de este número, el avance, la experimentación y un buen número de inventos, hacen del mundo de esas pequeñas fuerzas aéreas el centro de la innovación en armamento, uso de materiales, estructura y diseño de todo tipos de aparatos voladores. Una vez construidos y fabricados esos aviones, solo quedaba aplicar tácticas y funcionalidad a los aparatos que dominarán los cielos. En un tercer artículo se explica la evolución de su uso en misiones varias y su función en diferentes apartados de la guerra, desde meramente informativa de los campos de batalla, hasta pasar a las fases de enfrentamiento aéreo, bombardero y otro tipo de ataques. Como consecuencia de ello, se empezaron a diseñar tácticas de combate aéreo por cada país, en la aplicación el uso de sus aviones en la guerra, y desarrollar poco a poco, no solo la formación de sus pilotos como núcleo de combate homogéneo, sino también probar formaciones diferentes en el novedoso campo de batalla aéreo, desarrollado este asunto, en el cuarto artículo.
Llegado este momento, en un quinto artículo, el número se lanza de cabeza a presentar a los lectores las actividades e importancia de los llamados Ases o aviadores con un número elevado de victorias conseguidas a lo largo de la guerra. Dado el novedoso campo en el que nos movemos, no existe duda sobre lo arriesgado de formar parte de esa élite de pilotos que dependían de la seguridad de unos aparatos francamente endebles. Sin embargo, algunos de ellos formaron parte de un restringido grupo de valientes, en algunos casos altamente competitivos y amigos de la suerte, que dejaron su nombre e impronta en la guerra e incluso entre sus seguidores, quienes incluso coleccionaban postales con sus fotos. Aunque sufrían en general, un gran coste físico y psicológico, la fama y la notoriedad de sus victorias los ha colocado en la historia hasta nuestros días. Con todo, otro artículo nos recuerda que, además de los aeroplanos, existieron unos aparatos volantes tan impresionantes como enormes. Me refiero a los zeppelines, que en manos de los alemanes, llegaron a bombardear el sureste de las Islas Británicas, incluida la capital londinense. Además, el desarrollo de los aviones bombarderos, aunque no tan conocidos ni mortales en esta guerra, conformaron un modelo de batalla novedoso que habría de tomar su importancia a lo largo del periodo de entreguerras y, como no, de la posterior 2ª Guerra Mundial.
Para terminar, dos artículos cierran este estupendo número. Uno, como no podía ser de otra manera, está dedicado a Manfred von Richthofen y sus pilotos comprendidos en la famosa unidad 1ª Jagdgeschwader, conocida en el frente como su circo volante, con el que conformó grandes éxitos y victorias, a pesar de que con el tiempo, el mayor desarrollo industrial aliado, terminó por doblegar numéricamente a alemanes hasta finalizar la guerra. El último artículo de este número, explica al lector las teorías y escuelas aparecidas en el periodo de entre guerras, que desarrollaron el futuro de las fuerzas aéreas de los países implicados en la recién acabada contienda. Todo lo cual, completa un número muy completo a nivel de artículos, apoyados por el acostumbrado aparato visual de planos, mapas, fotografías e ilustraciones que siempre enriquece los números publicados por Desperta Ferro Contemporánea. No os perdáis los mapas con la situación de los aeródromos y la presencia de sus Ases, a lo largo y ancho del frente europeo durante la guerra. Impecable.
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