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lunes, 14 de marzo de 2022

"Juana de Arco" - Helen Castor

La historiadora Helen Castor, especialista en la Inglaterra medieval y profesora en la Universidad de Cambridge, afronta con un espíritu global e integrador, esta biografía dedicada a Juana de Arco, también conocida como la Doncella de Orleans. Digo esto, porque la autora toma la figura de la joven figura en una clara intención de situar al lector en el complejo contexto geopolítico en el se enmarca su paso por la Historia. Sin ir más lejos, el prólogo del libro nos traslada a la famosa batalla de Azincourt, disputada en el año 1415, donde la flor y nata de la caballería francesa salió derrotada ante los ingleses de Enrique V. Fue una batalla en la que las facciones francesas de Borgoña y Armagnac, si bien unieron sus esfuerzos tras algunos años de desavenencias, su resultado no hizo sino ahondar más aún las diferencias entre ambas líneas nobiliarias, haciendo que la ya larga y sangrienta Guerra de los Cien años se convirtiera en una auténtica guerra civil, con la inevitable participación de los ingleses. 

A lo largo de un centenar de páginas se presenta al lector la grave situación que se cernía sobre una Francia dividida en tres y cuyo territorio se veía asolado por la guerra disputada entre el Delfín Carlos, apoyado por la casa Armagnac y los ingleses, apoyados por los de Borgoña, si bien los intereses de estos últimos iban más en consonancia por mantener  sus territorios al este y norte del país. La aparición de una joven vestida de hombre, acompañada de seis hombres armados, en las puertas de Chinon en febrero de 1429, cambiaría en cierta manera el camino de la Historia. En el eje central del libro, la autora desarrolla paso a paso, casi día a día, las circunstancias que rodearon la aparición de la Dondella, su presentación ante el Delfín, su presencia ante el asedio de Orleans y otros hechos de guerra, su caída en desgracia, hasta su apresamiento por los borgoñones y su posterior entrega a los ingleses, quienes la enjuiciaron y condenaron en la hoguera. 

Helen Castor nos presenta a una joven que dice hablar en nombre de Dios y que, en base a la necesidad de los de Armagnac por afianzarse a un clavo ardiendo en su batalla por recuperar para Carlos VI un reino casi perdido, protagonizará hasta el año 1431, las historias y mentideros que corrieron por las llanuras del país. Llamo la atención en la figura de Yolanda de Aragón, viuda del Duque de Anjou, quien fue una figura importante en el desarrollo diplomático y político de aquel momento y que, de alguna manera, aupó a Juana a la posición que ocupó durante aquellos meses del conflicto. Especialmente importantes fueron su presencia ante Orleans y, por supuesto, en la coronación de Carlos en Reims. Sin embargo, como bien nos muestra la autora del libro, su estrella decayó cuando los intereses de los Armagnac vislumbraron cierto acercamiento a la facción de Borgoña, pendiente de la posición de fuerza de los ingleses en su deseo de llevar al trono de París a un joven rey de sangre inglesa. En este ínterin, Juana, cerril y poco colaborativa con sus jueces, es enjuiciada y declarada hereje, apóstata e idólatra. Sus retracciones, su enfrentamiento con el tribunal y, sobre todo, sus declaraciones sobre las voces que oía y le dictaban sus parlamentos, la llevaron sin remedio a la muerte en la hoguera.

Pero aquí no acaba todo. En una tercera parte del libro muy interesante, Helen Castor nos desarrolla los equilibrios y tensiones, los acercamientos y enfrentamientos entre los contendientes, una vez desaparecida la Doncella, hasta la derrota prácticamente total de los ingleses en tierras francesas en 1453. Solo Calais quedaba en manos de los de Albión. Si bien, en esos años desde la muerte de Juana, las batallas y las alianzas fueron los protagonistas del los últimos estertores de la Guerra de los Cien Años, una vez decantada la victoria del lado de Carlos VII, el recuerdo de aquella Doncella, la llevó a ocupar de nuevo la máxima actualidad. La revisión de su juicio y la declaración de nulidad de su sentencia, dio paso, siglos después, a la santificación de una mujer que, con el paso de los años, se convirtió en un símbolo de Francia, que ha llegado hasta nuestros días.

Con la excusa de la presentación de esta biografía de Juana de Arco, la autora nos ofrece una visión histórica, detallada y muy interesante del desarrollo de los últimos cuarenta años de la Guerra de los Cien Días. Este aspecto es una de las fortalezas de este libro. El no afrontar de manera descontextualizada la figura de la Doncella, ayuda y mucho, a sopesar su figura en aquellos momentos de crisis en Francia. Bien es verdad, que echo en falta cierta visión crítica y más profunda del personaje, este libro presenta de manera clarividente y detallada, el gran impacto que produjo su irrupción en aquellos años definitivos y claves en la historia Francia. 


 

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