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lunes, 8 de noviembre de 2021

"Aníbal" - Gisbert Haefs

 
Considerada por muchos como una de las mejores novelas históricas, "Anibal" escrita por el alemán Gisbert Haefs, ha sido reeditada este año por ediciones Pàmies. La leí hace más de veinte años en la edición diamante de Edhasa y guardaba de ella un recuerdo algo confuso. Me dejó cierta huella, aunque también una sensación de no haber aprovechado al ciento por cien su lectura, posiblemente debido a su gran cantidad de páginas y al estilo detallado, sesudo y de gran altura literaria de la novela. En ocasión de su reedición, he podido tomar con más poso y madurez su lectura, disfrutando de ella mucho, muchísimo más que aquella vez, hace tantos años. Solo una pega. Pàmies ha utilizado la misma edición y traducción que publicara Edhasa y la verdad es que se hubiera agradecido una revisión de la misma. Con todo bienvenida sea, aunque solo sea por la oportunidad y el empuje que me ha dado para sumergirme en su narrativa e historia.

Todos conocemos al personaje histórico de Aníbal Barca, aquel cartaginés que puso en jaque a la republica de Roma, llevando hasta su territorio una larga y sangrienta guerra, con un ejército tan variopinto y efectivo, con el que logró vencer a un buen número de legiones y motivar el levantamiento de gran parte de los aliados de Roma en el sur de la península itálica. Pues bien, Gisbert Haefs afronta esta novela mediante la guía vital un meteco heleno, empresario y banquero residente en Cartago, quien desde su relación con Amílcar, padre de Aníbal, va contando al lector la vida y obras de su protagonista. Mediante este personaje llamado Antígono, el autor traslada los sucesos acaecidos en el marco geopolítico mediterráneo y oriental desde los últimos años de la Primera Guerra Púnica, en la que cartagineses y romanos pugnaron por el control de Sicilia. Mediante el personaje de Amílcar llamado el Rayo y con la visión global de Antígono, Haefs nos va introduciendo con gran solidez histórica y literaria en el mundo de los cartagineses, su política, sus relaciones con su entorno y el gran choque vital que los enfrentó con Roma. Gracias a ello, no solo somos capaces de seguir una saga familiar y militar tan importante como la de los Barca, de la mano de Amílcar, su yerno Asdrúbal el Bello y los hijos del primero, Aníbal, Asdrúbal y Magón, sino que además nos acercamos de refilón a lo que sucede en los mismo años en oriente próximo, donde los helenos luchan entre sí, pequeños reinos pugna por su supervivencia y los herederos del gran Alejandro se enfrentan sin cuartel.

Esta novela ronda las seiscientas páginas y el personaje cuyo nombre titula esta novela no aparece hasta casi la mitad del libro. Como consecuencia de la derrota en Sicilia ante los romanos, la expansión cartaginesa hacia la península ibérica y las discusiones y luchas de poder entre el partido de los Viejos, liderados por Hanón, personaje clave en la novela, y los Nuevos, liderados por los Barca, poco a poco la figura de Aníbal irá surgiendo como líder y experimentado militar y estratega. Tras la muerte de Amílcar y Asdrúbal, él liderará a los suyos, dando comienzo a una de las expediciones más conocidas y comentadas de la historia. Haefs, mediante la narración de Antígono, rotundo y magnífico personaje, narra al detalle  la presencia de Aníbal en Italia y los muchos encuentros militares que mantuvo con las legiones, contadas como victorias. Paralelamente, Antígono vive una vida de viajes, relaciones y experiencias mercantiles con las que nos muestra la realidad económica de un Mediterráneo todavía libre de Roma, en el que las mercancías viajaban miles y miles de kilómetros uniendo culturas, conocimiento y riquezas. Sus viajes nos llevan desde el rico Egipto de los Ptolomeos o el imperio de los seleúcidas, hasta las lejanas islas Británicas y más allá, mientras los juegos diplomáticos de Roma pugnan por dominar aquel entorno conocido. 

Haefs no olvida relatar lo que sucede en Iberia, en Cartago y Libia, mientras Roma, aún perdiendo a una generación completa de jóvenes romanos y aliados, siguió luchando contra Aníbal. La irrupción de las legiones romanas en la península ibérica y la indecisión de los supuestos aliados de Aníbal en Macedonia, además de la oposición del partido de los Viejos en Cartago, va mermando los apoyos al gran estratego. Tal y como va contando Antígono, las posibilidades perdidas por los cartagineses son muchas. Mientras, Roma gana terreno y termina forzando la vuelta de Aníbal a Cartago y su enfrentamiento y derrota contra otro gran general, Publio Cornelio Escipión. Paralelamente, Antígono sufre en su economía y en su día a día en el banco del que es propietario, no solo por el uso de parte de sus inversiones y las de Aníbal en la guerra en Italia, sino también por la crisis mediterránea en la guerra larga y sangrienta, todo lo cual le obliga a pensar en nuevos mercados y sedes para organizar sus negocios. Este es uno de los puntos fuertes de la novela, la capacidad del autor de mostrarnos un gran escenario histórico mientras narra la vida de los Barca y de Aníbal. Gracias a ello somos capaces de hacernos una idea de la época, los movimientos geopolíticos, las estratagemas, no solo militares sino también estratégicas, y las consecuencias de la gran expansión de la república romana. 

Haefs realiza una profunda descripción de una época, mediante una narrativa excelsa, detallada y muy bien documentada. Para algunos pueda resultar algo farragosa por su concreción y extensión en lo que cuenta. Sin embargo, esta novela representa el paradigma de lo que creo debe tener una novela histórica de calidad. Los personajes tratados con profundidad, una rotunda ambientación histórica y su capacidad de mezclar ficción e historia con un buen ensamblaje literario, consiguen que el lector se imbuya sin esfuerzo en los avatares del mundo conocido en plena guerra, en una pugna por el dominio del mediterráneo, en la que no solo romanos y cartagineses dieron sus vidas. La implicación de otros pueblos convierte esta guerra, la llamada como Segunda Guerra Púnica, en un conflicto global mediterráneo, que transformó aquel mundo antiguo.

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