El número 52 de la sección de Desperta Ferro de Historia Antigua y Medieval, esta dedicado a Almanzor y sus cincuenta y seis incursiones realizadas en la segunda mitad del siglo X en los territorios cristianos del norte de la península. Pero alrededor del personaje hay mucho más. Su impronta y toma de poder, bajo Hisam II; la revolución militar realizada en los ejércitos de Córdoba, debida a la presencia de tropas bereberes bajo su mandato; el destino del Califato, tras la muerte de "El Victorioso"; incluso la presencia de sus descendientes hasta el declinar postrero de su mandato y la llegada de las Taifas, son asuntos que colman las interesantes páginas de esta entrega publicada en marzo.
En un primer capítulo se muestra el tipo de expediciones que desde la implantación del Califato tuvieron lugar a lo largo de los años. Tras algún encuentro en el que Abderramán III apunto estuvo en ser capturado por las huestes cristianas, los califas delegaron en sus generales para continuar con las incursiones y operaciones de acoso y castigo a los reinos cristianos. Almanzor se convirtió con los años, en la sombra creciente de poder bajo el califato de Hisam II, tal como se muestra en el segundo artículo del número. Sus cincuenta y seis incursiones colmaron todo el norte peninsular, desde Santiago de Compostela a Barcelona, pasando por el reino de Pamplona, asediando, conquistando y sembrando el terror por donde pasara. Importante tener en cuenta, no solo al líder invencible, sino también el contexto militar y bélico de aquellos años.
Como se muestra en el tercer artículo, el precedente conflicto en el norte de África entre Córdoba y los bereberes, hizo que estos últimos rindieran pleitesía al califa, entre otras cosas, ofreciendo tropas de caballería para sus correrías en la península. Esta fuerza de combate, aunque no muy grande, potenció las cabalgadas omeyas contra los territorios norteños. Dos artículos más se refieren de manera más particular a las destrucciones de Santiago de Compostela y de Barcelona, ambas desarrolladas conforme a diferentes razones, pero similares en cuanto a su destino. Para terminar, un artículo en el que se desgrana la descendencia de Almanzor, los intentos de continuar la linea del ascendiente, así como los designios mortales de su descendencia en un califato que estaba ya próximo a desaparecer. En conjunto, un interesante número que, a pesar de repetir en sus artículos algunos asuntos y datos de la época, ofrece una visión general de la época en la que Almanzor mantuvo en jaque a toda la cristiandad peninsular, para devenir posteriormente y de manera inevitable, la crisis de los omeyas y la desaparición de la estirpe amirí, para desembocar en el periodo de las Taifas. Pero eso ya será otra historia.