Después de disfrutar de un par de tomos y a pesar de que surgen varios problemas en las poblaciones de humanos que tras la caída de Negan, colaboran por llevar un mundo mejor y recuperar la civilización, concluimos que el sueño de Rick y los suyos puede hacerse real. El intercambio, las buenas relaciones y la mejora de la seguridad frente a la aparición de los muertos vivientes, hacen que se alcance un nivel de convivencia y calidad de vida que hace un tiempo parecía impensable. La celebración de una feria en la que todos los supervivientes asistirán para intercambiar productos y mejorar la relación de los humanos, hace que la esperanza resurja con fuerza.
Sin embargo, algunos factores van a provocar un choque con el grupo de los Susurradores, quienes no conciben que los supervivientes quieran volver a la vida que se disfrutaba antes de la plaga de los muertos. Carl, en su enamoramiento por la joven a la que conoció en el anterior tomo, huye del grupo y se adentra en un universo en el que los Susurradores conviven con la naturaleza, de tal manera que prácticamente anulan su condición de humanos civilizados. Todo esto tendrá consecuencias terribles para el objetivo de Rick de devolver la civilización a sus compañeros y congéneres. Paralelamente, Maggie debe tomar alguna medida más que drástica para ejercer su autoridad, frente a los que consideran que por ser del grupo de Rick, se encuentra por encima de los demás. Otra vez la debacle se cierne sobre los supervivientes, en su encontronazo con otros grupos humanos y por la complejidad de la convivencia novedosa en los nuevos emplazamientos.
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