Tras disfrutar del pasado nº 22 de la colección, como ya comenté en su reseña correspondiente, me dio la impresión de que se planteaba un nuevo rumbo en la vida y aventuras de Rick y sus compañeros supervivientes. Efectivamente, éste número, avanza en un contexto nuevo y esperanzador que, sin embargo, resulta ser un mero espejismo, en un mundo todavía inmerso en miedo, desconfianza y muerte.En el tomo que nos ocupa, surgen dos líneas paralelas, ambas importantes en el devenir de las poblaciones supervivientes, que sin duda alguna, plantearan más de un serio problema a las comunidades emergentes. Por un lado, se desvela la existencia de un grupo de personas, que disfrazados de muertos vivientes, se mueven por diferentes territorios, camuflados entre ellos. Uno de sus miembros, una joven, es capturada y llevada a uno de los campamentos, donde conocerá a Carl. Algo, en el joven Grimes cambiará en su interior, y le hará comportarse ante la chica de una manera extraña y nueva para él. Por otro lado, algunos de los pobladores de las diferentes comunidades no están muy de acuerdo con la capacidad de liderazgo de Rick y no confían en las personas a las que ha puesto al mando. Mientras y acabando el número, la serie nos muestra a la mujer que se encuentra al mando del grupo recién descubierto que se camufla entre los muertos vivientes. Las leyes sobre las que se rigen no dejan de ser misteriosas y terribles.
Para terminar, confirmar lo interesante de la nueva línea argumental de la serie, que aunque a primera vista, parezca llevar a los protagonistas a una cierta clama, augura terribles consecuencias en la historia. Estoy deseando leer el siguiente número.
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