En esta quinta temporada, la familia Gallagher sigue intentando sobrevivir a una vida llena de desgracias, infortunios y situaciones extremas. La que me parece una de las series más frescas, controvertidas, dramáticas y entretenidas de la producción de series actual, campa a sus anchas entre las drogas, el alcohol, el sexo, la delincuencia y últimamente la cercanía de la muerte. Cada uno de sus protagonistas, podrían disfrutar de su propia serie, por la complejidad de sus personalidades y entorno. Sin embargo, la unión de todos ellos, forman una auténtica bomba de relojería, que continuamente está a punto de explotar y llevarse por delante a cada uno de ellos.
Intentaré resumir, algunos detalles de los personajes protagonistas de esta serie, sin duda uno de los elencos más completos y completos de los que se pueden disfrutar en televisión. El padre, Frank, tras sobrevivir a un trasplante de hígado, vuelve a las andadas, pero en su camino se encuentra con una joven llamada Sheila, médico enferma de cáncer, que le hará ver con otra perspectiva su vida. Fionna, la hija mayor, vive atormentada entre el amor por su jefe, el propietario de la cafetería donde trabaja y el de un componente de un grupo musical local. Lip, ya en la universidad, disfruta del sexo con una bella profesora, mientras mantiene la distancia con el hogar familiar. Ian, definitivamente sufre la misma enfermedad de bipolaridad de su madre y es uno de los pilares dramáticos de la temporada, junto con Mickey. Debbie, adolescente, es una auténtica bomba de la pubertad. Mientras Carl, juega con el tráfico de drogas y sus consecuencias. Además, la fiel pareja amiga de la familia, Verónica y Kev, entran en crisis, tras el nacimiento de sus hijos, aportando mucha comicidad y frustración a sus personajes. Y muchas cosas más.
La trama de la serie sigue jugando con la idea de la familia desestructurada. Todos sus miembros siguen tropezando en la vida, que no hace más que castigarles. Esta temporada el toque cómico se mantiene, pero en este caso, lo que sucede a Ian y a Frank, con sus propios dramas, en los que sus sentimientos juegan entre la muerte y la vida y sus futuro, tiene un peso específico importante en el argumento de la serie. El producto funciona, mantiene su interés, y la cadena Showtime, ya ha cerrado una nueva temporada, la sexta, ya. Estupenda serie, como ya he dicho no de gustos sensible, pero, sin duda, ofrece un producto extremo, tan fresco y diferente como siempre.
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