Este fin de semana pasado hemos hecho una escapadita a La Rioja, y además de hacer algo de turismo gastronómico, comiendo maravillosamente bien en el Restaurante El Portal de Ezcaray, también ha habido espacio para realizar una serie de visitas culturales a lugares con un importante patrimonio de esta histórica comunidad autónoma, de la que Nájera fue capital del Reino de Navarra durante 150 años, entre el año 923 hasta el 1076. Precisamente la primera reseña de este mini viaje, tiene como protagonista al Monasterio de Santa María la Real de Nájera.
Dice la leyenda que en el año 1044, el rey Pamplonés García Sanchez III, estando de batida en una cacería siguió a un halcón hasta una cueva donde encontró la talla de una Virgen. Decidió consagrar una iglesia a esta imagen, consagrándola en en 1052. A partir de aquí el edificio se desarrolla, crece y como suele ser habitual termina siendo una mezcolanza de estilos, entre el gótico hasta el renacentista, ya que del original románico, no queda prácticamente ningún resto.
Llama la atención el claustro de estilo gótico florido y plateresco, la Iglesia principal gótica y el panteón Real, donde se encuentran los sepulcros renacentistas en los que se recolocaron los restos de los reyes de Nájera-Pamplona, de la dinastía Jimena-Abarca. Eso sí, se mantiene y conserva la tapa del sepulcro de Doña Blanca de Navarra, auténtica joya escultórica del siglo XII.
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