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lunes, 17 de julio de 2023

"Vista por última vez" - Colin Dexter

Segunda novela de Colin Dexter, publicada en 1976 y editada recientemente por Siruela Ediciones, protagonizada por el inspector Morse de la policía del Valle del Támesis, enfrascada en un caso de desaparición de una joven colegiala, sucedido dos años antes. La investigación se balancea entre la suposición de una huida voluntaria de la adolescente y la sospecha de que se trate de una homicidio sin resolver. La cuestión es que el caso se ha retomado como consecuencia de una carta, supuestamente escrita recientemente por la joven, y la muerte aparentemente accidental de un oficial de policía que había reiniciado la investigación de un caso que va a traer cola y ciertos desencuentros a nuestro querido inspector Morse.

En esta ocasión, y como sucedió en la anterior novela reseñada aquí, el bueno de Morse se acompaña en la investigación por el sargento Lewis, quien no solo le apoya en el seguimiento del caso, aportando ya algunas ideas por dónde seguir pistas y personas a investigar, sino que además, también comparte sus buenas pintas de cerveza, en sus habituales visitas a los pubs y a las tabernas de la zona. Ambos, realizan un juego de interpretación de la investigación en curso que, en este caso, les llevará de cráneo ante un número variopinto de sospechosos y de posibles interpretaciones que llevaron a la desaparición de una joven adolescente de la que ni siquiera saben si esta viva. Todo lo cual les lleva a ahondar en los intríngulis del colegio al que acudía, ya en su último curso, y los dimes y diretes de su vida familiar. Sus indagaciones sobre el claustro de profesores les conduce a abrir más de una líneas de investigación, que les llevarán, en ocasiones, a diferentes callejones sin salida. Estas circunstancias hacen que las inspiraciones y las intuiciones de Morse, caigan en saco roto, prolongando su juego de interrogatorios y pesquisas en un equilibrado y a veces desafortunado juego de pocos aciertos y muchos errores de bulto.

Sin embargo, todo este vaivén detectivesco realizado por el melómano y solitario detective, lo hace más humano en su vertiente apasionada con la que invierte todo su tiempo y empuje para solucionar los casos que afronta. Sus caídas y tropiezos hacen que caiga en hondos momentos de depresión y falta de confianza en sí mismo y, sin embargo, a la primera de cambio, reinicia su investigación, a veces de la mano de su fiel sargento, hacia nuevas vías detectivescas. Esta perfecta y comprensible humanidad del inspector, hace que, por lo menos en mi caso, lo mire con ojos comprensivos, a la espera de que tome nuevos derroteros en su previsible esclarecimiento del caso. Es difícil no tomarle cariño, por lo que ya estoy esperando con ganas la publicación de su tercer caso, y profundizar con él, en la realidad de una sociedad que se balancea entre el academicismo de Oxford y sus aledaños, y el ambiente, en ocasiones pueblerino y especialmente cerrado, de una población asentada en poblaciones no especialmente grandes, donde a veces, los secretos más profundos, no lo son tanto.





 

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