Muchos de vosotros conocéis mi querencia por Italia, sus ciudades, cultura y gastronomía. He tenido la suerte de poder viajar al país hasta en ocho ocasiones y conozco la península al norte de Roma bastante bien. Es el país del extranjero en el que más kilómetros he recorrido en coche. Sus poblaciones plenas de arte e historia son una simple pero inevitable excusa para repetir visita y descubrir nuevos rincones. Con todo, tanto en Roma como en Florencia he tenido la ocasión de repetir varias veces estancia y, sin duda alguna, a ambas regresaré muchas veces más.
Este pequeño prólogo me sirve para presentar el extraordinario libro que hoy reseño por aquí. Es un conjunto de escritos cortos, de apasionados artículos dedicados a la Florencia del Renacimiento. Su autor, Mario Colleoni, es historiador de arte y especialista en el renacimiento italiano. Sin embargo, su gusto y curiosidad por ese periodo y la capital de Toscana, va más allá del mero estudio de los artistas y las obras que protagonizaron aquellos ricos, renovadores y brillantes siglos. Su pasión le lleva a ahondar, en su vida, relaciones, anécdotas, en base al pensamiento y filosofía renacentista que aflora en sus creaciones y su evolución. Sus ojos miran de forma diferente, y su verbo escrito, traslada sus pensamientos y conclusiones en las páginas de este libro, con paciencia, pero sin excesos; con detalle pero sin perderse en nimias explicaciones; con pasión, pero sin verborrea innecesaria; con sentido artístico, pero sin soberbia; con la mirada del que sabe, pero con la perspectiva de querer aprender más.
El autor desgrana en apenas doscientas páginas, once capítulos, todos ellos con una mirada a Florencia, a su arte e historia, a sus personajes y visitantes, todos ellos imbuidos por el amor por una ciudad y todo lo que la engloba, en base al Renacimiento y sus consecuencias artísticas, literarias y de pensamiento. En todos los capítulos, Mario dialoga con el lector del tema elegido, en base a sus experiencias y estudios. Sus paseos por la ciudad le llevan a recorrer iglesias, conventos y refectorios, a describir las imponentes fachadas de sus palacio y casas que surgen en sus calles, en los que han vivido personajes ilustres, especialmente importantes para él y su convicciones artísticas y culturales. Mientras cuenta, desgrana, explica, sobre asuntos de pintura o literatura, escarba de un plumazo en las pequeñas historias que aderezan y acompañan la gran Historia, con mayúscula, de la ciudad y sus habitantes. Se puede contar de muchas maneras y, sin duda alguna, Mario Colleoni lo hace con sentido y sentimiento, por otro lado, algo que es muy de alabar.
Llamo la atención sobre su último capítulo, dedicado a un discurso entonado a principios del siglo pasado por su escritor y pensador de cabecera, Giovanni Papini. En él desarrolla la predicción del autor italiano al respecto de la presencia del turismo en la ciudad, y la causa y el efecto relacionada con su población autóctona. Paralelamente, Colleoni y Papini, Papini y Colleoni, juegan en un diálogo que analiza la masificación del turismo y la complicidad de una administración y una población que vive y respira, para el que llega a Florencia. La peligrosa mirada al saldo económico, hace peligrar la esencia renacentista de la ciudad y su patrimonio. Si se pierde de vista su presente y su futuro, necesitado de un equilibrio por preservar la ciudad y su legado, hay que optar por convivir con un turismo más ético y controlado, y promover la responsabilidad del propio florentino, más preocupado actualmente por vivir, por y para el visitante. Un capítulo digno de lectura, como todo el conjunto de su libro, no una sino repetidas veces, con el que coincido, especialmente tras mi última visita a Toscana del pasado año. Solo espero que el autor no tarde en exceso en regalarnos nuevos escritos, con los que disfrutar nuevamente de su literatura, conocimientos y pensamientos.
Afortunados los que regresan a Italia más de una vez. ¡Enhorabuena! Por cierto, ésto del turismo masificado se ha convertido una situación difícil de gestionar a nivel global. Sin embargo, Florencia alcanzó su esplendor artístico gracias al auge económico logrado durante el Renacimiento. Así que si no hay otra cosa de la que vivir hoy día... problema a la vista.
ResponderEliminar¡Saludos y Felices Fiestas!
Felices y gracias por pasarte!!!
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