Como sucede con otros lugares de la Toscana su fundación corrió a cargo de los etruscos. Su urbanismo es heredero directo de la planificación romana de sus calles, como se observa, por ejemplo, en la plaza de San Miguel o en la Plaza del Anfiteatro. Destaca un buen número de iglesias monumentales de estilo románico y el entramado de sus calles salpicado de palacios, digno de visitar. Como curiosidad, Lucca mantuvo su independencia con los denominativos de República, Principado o Ducado hasta 1805, siendo junto a Venecia una de las pocas ciudades en hacerlo a lo largo de los siglos.
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