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jueves, 11 de enero de 2018

"Kiev. 1941" - David Stahel

El reconocido historiador neozelandés y profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur, David Stahel, es un especialista en el Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial. Ha escrito multitud de libros dedicados a este sector que enfrentó a las tropas del Eje con los ejércitos soviéticos. Ediciones Salamina, ha publicado recientemente su ensayo en el que analiza la invasión de Ucrania en 1941 y particularmente la Batalla de Kiev.

Su visión del conflicto es muy interesante y novedosa por la importante contribución de aspectos tácticos como estratégicos aportados en el texto. Esta batalla se presenta históricamente como una victoria de las divisiones y grupos de combate alemanes. Sin embargo, el desgaste que sufrieron a niveles difícilmente recuperables tras su terminación, hace revisionar los aspectos parciales de la misma, para adentrase en un ámbito más global de la batalla, dentro de la 2ª G.M. Stahel plantea que la Operación Barbarroja no terminó exáctamente con la victoria que el gobierno alemán publicitó en todo el mundo a lo largo de la guerra. La invasión de Ucrania y la Batalla de Kiev, desarrolladas durante los meses de julio, agosto y septiembre de 1941, conllevaron un gran desgaste para la llamada Biltzkrieg alemana. El ejército ruso, mantuvo en el frente ingentes masas de soldados, un fuerte ímpetu patriótico y la gran reserva industrial del país en retaguardia, lo que hizo que se soportara en gran medida la presión alemana en su avance hacia Moscú,.  

Stahel apunta otras claves con las que ejército invasor se enfrentaron en su avance en el Frente Oriental. La distancia excesiva del frente respecto a la patria alemana, el complicado abastecimiento junto a la falta de reemplazos y recambios, un invierno adelantado, las carreteras inundadas y llenas de barro en las que el tráfico de miles de vehículos era dificilísimo, la producción industrial alemana escasa para las necesidades del ejército, las hondas diferencias tácticas y estratégicas de los distintos mandos, especialmente entre Guderian y Bock, y las variables instrucciones del Adolf Hitler en sus decisiones al respecto del desarrollo la estrategia en las Operaciones Barbarroja y Tifón hacia Moscú de julio y agosto. La oportunidad de llegar a Moscú antes del invierno desapareció conforme las divisiones se alejaban de Berlín, y se  expandían por Ucrania y forzando un cerco sobre Kiev largo y sangriento. 

Según el autor, estos factores convirtieron una de las victorias de Hitler en la guerra, en el inevitable inicio del declive de la máquina de guerra alemana.