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lunes, 15 de septiembre de 2014

"La gran estafa americana"

Con un elenco envidiable, el director David O. Russell, traslada a la pantalla la historia de unos estafadores en búsqueda del sueño americano. Irvin Roselferg, espléndidamente encarnado por Christian Bale, es un empresario y estafador de medio pelo, pero que, en su liga, es un hombre triunfador. Casado con una madre soltera, interpretada por Jennifer Lawrence, se encuentra en una fiesta con otra embaucadora llamada Sydney Prosser, interpretada por Amy Adams, bellísima por cierto, de la que se enamora, formando un tandem perfecto en sus maniobras por sacar el dinero al primer pipiolo que se les acerque. En una de sus estafas son pillados por el agente federal Richie DiMasso, encarnado por Bradley Cooper, quien en su afán de tener su gran caso, les fuerza a trabajar para el FBI en la búsqueda de políticos corruptos, haciendo que se acerquen peligrosamente a los asuntos de la mafia. Para ello, cercan al alcalde, interpretado por Jeremmy Renner, que en su afán por mejorar la vida de sus ciudadanos es empujado a participar, sin saberlo, en las maquinaciones del ambiciosos agente y sus compinches.
Russell realiza una convincente descripción de los personajes, retratándolos en su ambición, con sus debilidades y defectos. Seres que buscan liberarse de un pasado, en los que el deseo de poder, de dinero y de medrar, les lleva a entrar en el mundo de la estafa. En esta historia se mezclan los chanchullos para engañar a sus inocentes clientes, con una historia de amor a cuatro bandas, donde en ningún momento, el espectador es capaz de vislumbrar la realidad de unos sentimientos basados en la conveniencia y el engaño. Sin embargo, los personajes no están definidos en el bien o el mal, no son cara o cruz, no son blancos o negros... El agente del FBI roza lo ilegal para lograr sus deseos y ambiciones en el departamento. Los estafadores, gozan de cierta ética, tanto profesional como personal, dando la impresión engañosa de su verdadera personalidad. Más bien, todos y cada uno de ellos, juegan sus propias cartas, en la gama de los grises, y tienden a crecer, a sobrevivir, contra viento y marea, entre tanta falsedad e impunidad, a nadar entre las aguas de su deseo de estafar para ganar dinero y en sus sentimientos frente a los seres queridos. 
En este aspecto el director, planifica la película de tal manera que, por un lado sentimos simpatías y odios por los personajes, y por otro, no logramos vislumbrar si sus actos son metódicos o están acelerados por sus sentimientos y deseos más oscuros. Mientras que el tratamiento de los personajes esta muy bien desarrollado, encuentro que la trama, un tanto confusa, no logra ofrecer al espectador un conjunto bien ensamblado. No presenta un resultado redondo, dando la sensación que los casi 140 minutos de la película, no han sido nada más que tramoya, humo y fuegos artificiales, sin lograr una trama convincente. Los actores y actrices, espectaculares, son los pilares principales de una película, que termina fallando en su estructura, ya sea por la ambición argumentativa del director o simplemente, por el descontrol que parece que goza la película en algunos de sus tramos. 

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