Un año después de la publicación de su primer número, ha salido a la venta el segundo tomo de Fatale, producto nacido de la colaboración de Brubaker y Phillips. Nos cuenta la vida y andanzas de Josephine, una mujer fatal, inmortal, con un pasado lleno de oscuridad, que es capaz de hipnotizar a los hombres y lograr que se enamoren de ella. Pero su inmortalidad tiene un precio. Su pasado sobrevuela sobre su vida, debiendo huir constantemente de poderes oscuros y fanáticos, y sobrevivir a lo largo de los años.
Con muchos flashbacks, que llevan la trama de la actualidad a los años 30, pasando por décadas que definen la cultura, la sociedad y la historia de los EEUU, la vida de Josephine, siempre pende de un hilo, refugiándose en su soledad, aunque siempre termina buscando el refugio de un hombre, aún utilizando sus poderes para ello, tanto los terrenales como los que no lo son.
El número del que hoy tratamos, se desarrolla en los años setenta. Los cultos satánicos campan a sus anchas, en una sociedad donde el sueño de Hollywood lleva a gran número de jóvenes a buscar la fama. Las drogas, la prostitución y el cine, protagonizan el núcleo argumental de este tomo. Un actor de películas de serie B y el grito de auxilio de una amiga dada a alternar una secta de oscuros principios, hacen que Josephine salga a la luz, después de estar mucho tiempo escondida a salvo de sus propios y extraños demonios. Una historia de amor, sacrificios, miedos y sobre todo mucho look años 70, son las características de este cómic, guionizado con un excelente pulso e ilustrado por uno de los referentes actuales del cómic para adultos.
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