Noviembre de 2006. Un hombre ingresa en un hospital de Londres aquejado de una mortal enfermedad. Su nombre, Aleksander Litvinenko. En declaraciones a la policía londinense, acusa de haber sido envenenado siguiendo las órdenes de Alexander Putin, debido a que junto a otros agentes del antiguo KGB, ahora FSB, señaló a los servicios secretos rusos como culpables de ordenar una serie de atentados y asesinatos para elevarle poder del país. Días después muere sin remedio. Al parecer la causa de su fallecimiento ha sido por envenenamiento radiactivo por polonio-210. Esta mini serie relata la investigación realizada por la policía británica para esclarecer este asesinato que ocupó las portadas y los titulares de todo el mundo.
Estamos ante una miniserie al más puro estilo procedimental y policial, en la que los investigadores que se ocupan del caso del envenenamiento del agente ruso, realizan un pormenorizado seguimiento de los pasos realizados por la víctima, buscando desesperadamente el cómo se produjo dicho envenenamiento, con toda la peligrosidad que representa el agente radiactivo utilizado, no solo para los propios policías, sino para quien pudiera haber tenido contacto con los protagonistas de los hechos. Poco a poco irán desenredando una madeja complicada en extremo, no solo por los medios utilizados, sino también por no contar con los presuntos asesinos en el país. Todo lo cual les lleva a acometer un estrambótico viaje a Moscú.
La serie goza de una factura impecable, tanto en el guion, el ritmo de la trama y los actores protagonistas, muchos de ellos bien conocidos de los aficionados a las producciones británicas. Es curioso el procedimiento que utilizan para lograr encontrar las pistas necesarias para ligar a la víctima envenenada con los medios utilizados, todo lo cual hace de sus cinco primeros capítulos sean un modelo del suspense y la investigación policial. En el sexto y último, cuando ya han aunado las pistas y se encuentran con los problemas de la burocracia internacional y las complejas relaciones con Rusia a la hora de hacer responsable del hecho al propio Putin, cae la serie un poco en intensidad. Estamos ante una miniserie muy interesante y muy bien producida. No tengo claro si todo lo que aparece en la serie es verídico y sucedió tal cual lo cuentan. Entiendo que algo de ficción habrá, pero con todo, la producción atrapa y solo por eso merece la pena.
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